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Artículo 10 motivos por los que el barco de Piolín es como cuando te fuiste de Erasmus Culture

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10 motivos por los que el barco de Piolín es como cuando te fuiste de Erasmus

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Suciedad, alcohol y electrodomésticos rotos... Los agentes de la Guardia Civil están viviendo su propio Erasmus en el Piolín

anna pacheco

20 Octubre 2017 08:33

Arte Playground

Hay momentos fascinantes que nos está dejando ‘el procés’. Momentos que surgen de vez en cuando para recordarnos que, además de lío político, el procés es sobre todo un lío entre humanos, con toda la miseria y toda la poesía. El procés se humaniza cuando nos deja titulares que son pura fantasía como Rajoy “aceptando una independencia solo si es retórica”. O cuando pregunta a Puigdemont, por carta, si la ha declarado, o si no. Y fotos para la historia: la de esas mujeres, primero eufóricas y luego de bajona el día de la DUI. Esas mujeres son tu vida todo el rato. O ese otro titular sobre la Diagonal cortada por culpa de la cera que cayó de las velas. Nadie pensó en las velas, claro que no. El poder de todos esos elementos trasciende ya lo estrictamente político. Es aplicable a nuestras vidas mundanas. 

Ahora, gracias a un artículo de El País, hemos averiguado cómo están los policías después de un mes en el barco de Piolín. Y la conclusión es que están bastante mal. Hay suciedad y hay robos. Falta espacio, faltan neveras. Hay ratas y moscas. El catering es pésimo y, ante la falta de actividades lúdicas (¡quieren ir al cine!), los agentes se entretienen haciendo botellón. Es evidente que todo esto te suena porque hace no tanto estabas ahí. Cuando te fuiste de Erasmus a Groningen o en aquel piso en Getafe, al lado de la facultad, el primer año fuera de casa. 

A continuación, 10 pruebas de ello:

Imagen vía El País

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1. BEBEN MUCHO. TODO EL RATO

Durante tus años de facultad o durante el Erasmus descubriste ese bar en el que beber alcohol “sale muchísimo más barato que cualquier otra bebida”. Cervezas a un euro, happy hour, todo eso. Beber te compensaba. Pues los polis están igual. Sus cervezas cuestan 2,10 euros y los refrescos 2,80 "así que todo el mundo a beber alcohol".

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2. HACEN BOTELLÓN

Luego estaba el botellón, ese gran acto de hermanarse y abrazarse mucho, una especie de ceremonia rutinaria extensible a todas los días de la semana. Los agentes del Piolín también hacen botellón en el salón principal. Salón que, no lo olvides, es posible que sea algo así por dentro. Mientras en tu Erasmus hablabáis muchos idiomas y todo el mundo se liaba con todo el mundo, piensa que ellos probablemente estén solos. Hombres completamente aburridos y borrachos sentados en asientos de Bugs Bunny y el Gato Silvestre. Hombres, rallados, WatsAppeando a sus novias que están fuera del barco. Hombres haciendo bromas de hombres. El escenario es desolador. Es posible que prefieras tu Erasmus.


3. PASTA Y ATÚN, NO HAY NADA MEJOR

Los agentes están tristes porque, dicen, "la comida se basa en pasta y pescado y es escasa y repetitiva". Y la verdad es que no están mucho mejor que tú, que recuerdas aquel semestre como una gran olla con restos de spaguettis pegados. Comer, cenar y engullir pasta después de una fiesta se convirtió en tu manjar favorito. 


4. HAY ITALIANOS DESCAMISADOS

Ellos tienen a sus italianos descamisados. Y tú tuviste a los tuyos. Los italianos son una parte fundamental de cualquier Erasmus. Son un icono y están ahí por algo. Ligando y hablando muy alto. Los agentes, en este caso, tienen a unos italianos que teóricamente tienen que limpiar, pero no lo hacen del todo bien. Cito literal: "Hay una tripulación italiana, descamisada y con tatuajes, que limpian solo una vez por semana". La imagen es ciertamente inquietante. Hablan de ellos con muchísimo desdén. Es triste pensar que no se estén haciendo amigos entre ellos.


5. TODO ESTÁ MUY SUCIO

Nunca jamás volviste a tener problemas con la gestión de la mierda y el orden como cuando te fuiste de Erasmus. A tu compañera de piso, la francesa, le dejaste notas en todos los formatos posibles. Pick up your fucking trash. Pues bien: nuestros agentes del Piolín están igual. En los camarotes se han colado ratas, moscas y mosquitos y se ven obligados a dejar sus deportivas en la puerta de sus habitaciones porque en el interior de los camarotes todo debe oler realmente mal. "Las bolsas de basura se amontonan en los pasillos de entrada a la espera de su recogida una vez al día". Hablan, también, de “chorreos de restos esparcidos”.


6. DESAPARECEN COSAS 

El pillaje está a la orden del día, tanto en tu Erasmus como en el Piolín. Los agentes no pueden tender porque se están robando entre ellos. Es lo primero que aprendiste cuando te fuiste de casa: nunca te fies de tu compañero de piso. 



7. LOS ELECTRODOMÉSTICOS NO SON IMPORTANTES

Rebajar tus estándares de vida es algo que aprendes cuando estás lejos y tienes un horno que funciona mal, un microondas partido en dos y una ducha que gotea. Ahí, dentro del Piolín, las cosas no están mucho mejor: "No tenemos nevera en ningún sitio donde mantener algo frío, así que agua caliente siempre o cerveza". Cerveza. Esto nos lleva de vuelta al punto 1 y, luego, al punto 2. 



8. ATASCOS EN LOS VÁTERES

Sabes perfectamente lo que significa desatascar un váter lleno de cosas flotantes, olor a vodka y colillas.  Pues ellos también, dicen que hay "atascos diarios". 



9. TODO ESTÁ TIRADO POR EL SUELO

Tus objetos y tus pertenencias vivían en los tiempos de Erasmus en una deliciosa anarquía que nunca jamás más volverás a tener. 



10. PROBLEMAS CON LAS HABITACIONES Y LAS DUCHAS

Las habitaciones y las duchas se conviritieron en tu campo de batalla. Tu compañera de piso tardaba tres horas y dejaba el suelo empapado. Te prometieron una habitación luminosa y a cambio acabaste compartiendo habitación con dos americanas que ocupaban tu espacio con sus maletones. Querías un escritorio porque, en fin, se supone que ibas a estudiar, pero acabaste con algo parecido a una mesita de noche. Los camarotes del Piolín tienen estas mismas deficiencias. "Las habitaciones para dos son muy pequeñas, las duchas pequeñas, es un barco para pasar un par de días y llevamos aquí metidos un mes". 

¿No es lo mismo que cuando le dijiste a tu madre aquello "esto es solo para unos meses, pero volveré"?






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