Si en los últimos días te han llegado rumores sobre la pedofilia de Tom Hanks o Steven Spielberg, échale la culpa a QAnon
Aunque utilizaron un mitin presidencial en Tampa para presentarse en sociedad esta semana, QAnon lleva meses entre nosotros. También conocidos como We Are Q, estos trolls de tendencia alt-right cada vez están ocupando posiciones más prominentes en comunidades de internet como 4Chan y Reddit, trincheras viciadas por los voceros pro-Trump.
Con camisetas, carteles y todo tipo de parafernalia con una enorme ‘Q’ adornándola, la demostración de fuerza de We Are Q en Tampa solo certificó que sus miembros estaban perfectamente organizados. Para intentar definirlos, hay que aunar conceptos como la campaña de difamación #Pizzagate, el medio alt-right InfoWars, o el Satan Panic que quiso ver satanismo y brujería por doquier en los Estados Unidos de 1980.
Además de comunicarse a través de hilos de Reddit, otro de los espacios de trabajo para QAnon es 8chan, site que aloja el ala (aún más) dura de 4chan. Fue en ese foro donde un usuario anónimo, de nombre Q, se presentaría como una alta autoridad del gobierno de Trump que decía trabajar contra “el estado profundo”, entendido éste como el sistema sobre el que se sostiene Estados Unidos.
Envalentonados por el endorsement que les han proporcionado famosos neocon como Roseanne Barr o Curt Schilling, esta especie de secta virtual ha encontrado su némesis en ciertos activos progresistas dentro de Hollywood. Uno de los hits de QAnon ha sido, por ejemplo, extender el rumor de que Tom Hanks es pedófilo, mediante vídeos que lograron colarse en el top de resultados que te devolvía YouTube al teclear su nombre.
¿Con Steven Spielberg? Harían exactamente lo mismo.
En lo respectivo a haber hecho de la Q su símbolo y seña de identidad, es un modus operandi muy común en la alt-right. Como nos contaba Daniel Keller el pasado año, los hard supporters de Trump “tienen incluso la construcción ‘magia del meme’, por la que defienden que algo puede cumplirse a través de acciones místicas; utilizando los memes como sigilos, o repitiendo un mantra —“Trump that bitch”— hasta que este se convierte en realidad".
“No deja de ser una continuación del misticismo nazi”, terminaba, “el III Reich ya jugueteó con religiones europeas paganas anteriores al cristianismo”.