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Artículo “Quería mostrar que la explotación existe en el corazón de las casas de moda” Culture

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“Quería mostrar que la explotación existe en el corazón de las casas de moda”

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Imagen: Getty
 

Polémica en Francia por la publicación de un libro que muestra las condiciones laborales pésimas de algunas grandes firmas de la moda parisina

PlayGround

05 Septiembre 2018 12:58

Un libro de la académica Giulia Mensitieri ha puesto patas arriba el mundo de la moda en Francia por denunciar las condiciones laborales que sufren sus trabajadores. Lo que empezó siendo una tesis doctoral se ha convertido en The Most Beautiful Job in the World (El trabajo más bonito del mundo) donde explica con varios testimonios como las grandes marcas no pagan a sus empleados con salarios, sino con cupones para comprar ropa en tienda, noches de hotel y vuelos en primera clase a sesiones de moda.

En una entrevista con The Guardian, la autora ha explicado que “cuando pensamos en explotación en la moda siempre pensamos en fabricas en el extranjero o en acoso sexual a las modelos. Pero eso no es lo que me interesa. Quería investigar en el lado creativo: estilistas, maquilladores, diseñadores, asistentes… Quería dejar claro que la explotación existe en el corazón de las casas de moda, de los nombres de lujo. Es una explotación diferente”.

La moda es la segunda industria más rentable del país galo, tan solo por detrás de la del automóvil y por delante que la de las armas. “En Francia decir que trabajas en este mundo es algo muy importante”, ha señalado mientras que ha remarcado que el mensaje que dan estas grandes firmas es que “no te tenemos que pagar porque tienes mucha suerte de estar trabajando aquí”. “Trabajar en moda es una gran validación social, incluso aunque no te paguen nada”, ha subrayado.

El libro ni siquiera ha sido traducido al inglés, pero a Mensitieri le han salido enemigos. Los detractores apuntan que no hay datos estadísticos ni cifras concretas y que la académica tan solo ha entrevistado a 50 personas para su análisis, además en off the record. “Sin embargo nadie ha dicho que lo que yo he escrito sea mentira”, ha apuntado.

Una de las empleadas con las que habló le contó que vistió a Lady Gaga y a otros grandes artistas bajo una conocida firma y que durante cinco años diseñó colecciones de hombre y mujer a la vez que trabajaba de vez en cuando en producción. Le pagaban el salario mínimo y para justificarlo, ha contado Mensitieri, argumentaba que el “director creativo era su mentor y un padre para ella”. A esto, la académica lo llama la glamourización de la dominación”.

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