Ron Perlman confiesa que orinó en su propia mano antes de estrechar la de Harvey Weinstein

En Mallrats (Kevin Smith, 1995), Jason Lee restriega su mano entre sus nalgas antes de estrechar la de Michael Rooker y ofrecerle, inmediatamente después, unos pringosos pretzels de chocolate con tropezones de avellana. ¿Asqueroso? Asqueroso, pero puedes consolarte pensando en que, gracias a la magia del cine, nada de eso ocurrió realmente.

Ron Perlman, quizás inspirado por la segunda película de Kevin Smith, demostraría años más tarde que la realidad, para variar, supera a la ficción.

“¿Alguna vez os he contado la vez que Harvey Weinstein me pidió que pasara a saludarlo por un evento caritativo?”, preguntó Perlman a sus cerca de 700.000 followers en Twitter. “Hice una parada en el lavabo de hombres, mee sobre mi mano, y luego fui directo a estrechar la suya”.

¿Asqueroso? Asqueroso, pero puedes consolarte pensando en que la víctima fue Harvey Weinstein; como venganza por todo lo que hizo, es realmente minúscula.

“Pienso en esa anécdota cada vez que Donald Trump abre un cubo de Kentucky Fried Chicken”, añadió el actor de Hellboy. ¿Cómo no hacerlo? Mancillar la comida de neocons y fascistas es una larga tradición entre los ayudantes de cocina. “Margaret Thatcher ha comido mi semen”, le confesó un pinche a Chuck Palahniuk, “por lo menos cinco veces”.

Perlman no es la primera vez que se muestra vehemente contra Harvey Weinstein: tras la expulsión del depredador de la Academia de Cine, el actor de Blade II hizo patente su alegría en Twitter. “Como miembro de la Academia del Cine y las Ciencias, estoy orgulloso de la decisión de expulsar a Harvey Weinstein”, escribió Perlman.

A la reciente anécdota de James Cameron prácticamente llegando a las manos con Weinstein, el actor de Robodog twitearía: “Tío, ¡ojalá me hubieran dado un Oscar por cada vez que casi pego a Harvey Weinstein!”.