PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Más allá de Rosalía: punk, indie y duende en el cine de Pedro Almodóvar Culture

Culture

Más allá de Rosalía: punk, indie y duende en el cine de Pedro Almodóvar

H

Arte PG
 

La autora de ‘Malamente’ confirmaba ayer su participación en ‘Dolor y Gloria’, la nueva película del director manchego

víctor parkas

20 Julio 2018 14:16

“Hoy ha sido un día precioso”, escribía Rosalía en un post de Instagram. “He hecho mi primera escena de cine”, podíamos leer, bajo una foto donde la cantante aparecía abrazada al cineasta Pedro Almodóvar tras su primer día de rodaje en el set de Dolor y Gloria. “Yo, de pequeña, veía con mi madre y mi hermana las películas de Pedro y las mujeres que las protagonizaban me parecían de otro mundo y, a la vez, tan familiares”.

La publicación sigue, y con ella el entusiasmo, en lo que podría ser perfectamente voz en off para un biopic de la artista catalana. “Desde pequeña, soñaba con hacer algo así”, podría rezar una Rosalía de veintitrés años sobre la imagen de una Rosalía de nueve, mientras empuja dentro del reproductor VHS una cinta de Hable con ella recién alquilada del videoclub. Está sin rebobinar, porque la primera imagen que nace en la pantalla es la de una Leonor Watling silente, tumbada en la cama, coma profundo.

Rosalía todavía no era cantante. Leonor Watling tampoco, pero le faltaba muy poco: al año de rodar Hable con ella, la actriz se metería en un estudio de grabación para producir el primer álbum de Marlango, grupo indie dónde Watling haría las veces de frontgirl desde 2004 hasta nuestros días. Si rebobinabas hacia delante, Marlango publicaban su segundo y mejor disco: Automatic Imperfection. Si rebobinabas hacia atrás, como Rosalía con nueve años y un mando a distancia, podías fijar Hable con ella en el minutaje exacto para encontrarte a Rosario Flores en traje de luces, desafiando a un bravo.

Rosalía no exagera: la ves, y Flores parece venida de otro mundo.

Hable con ella (Pedro Almodóvar, 2003)

Rosalía, Watling y Flores, hija de la Faraona, no son anomalías dentro del universo almodovariano, sino tradición y cánon. De la misma forma que Jim Jarmusch propició el intrusismo cinematográfico, plagando sus rodajes de músicos como Tom Waits, John Lurie, Screamin’ Jay Hawkins o Joe Strummer, el cine de Almodóvar no puede entenderse sin la omnipresencia de activos musicales en sus fotogramas. Muchas veces, en un mismo título convergían artistas de estilos dispares: además de Watling, además de Rosario Flores, Hable con ella contaba con la presencia del cantautor brasileño Caetano Veloso.

Que el cineasta, ya desde su primer filme se rodease de cantantes para construir su corpus fílmico parecía obedecer más bien a una cuestión logística que a un capricho de autor: si Alaska formó parte del trinomio Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón fue porque el espacio de socialización de cantante y director coincidía, y ese no era otro que una heterogénea Movida Madrileña de la que ambos eran miembros activos. Cuando llegó a los cines esta, la ópera prima del director manchego, Alaska todavía se peleaba en los ensayos de Pegamoides, preparando su salto a Dinarama.

¿Almodóvar? Almodóvar decía “querer ser mamá” ante el público del Rock-Ola, secundado por su compañero Fabio McNamara.

Laberinto de pasiones (Pedro Almodóvar, 1982)

“Aquí mi amiga y yo”, dice Pedro, sobre un escenario junto a McNamara, “vamos a improvisar una bonita canción”. La canción, bonita o no, es Suck it to me. El segmento, parte del filme Laberinto de pasiones. Antes de que el tema llegue a su fin, cruzan la pantalla Carlos Berlanga de Dinarama, Santiago Auserón de Radio Futura y Poch, cantante y líder de uno de los grupos más interesantes y esquivos florecidos en la nueva ola española: Derribos Arias. Las imágenes de Laberinto de pasiones, revisadas, no pueden sino que estremecer: a las pérdidas prematuras de talentos como el de Berlanga y el de Poch, hay que sumarles la reconversión nacional-católica sufrida por Fabio McNamara.

“Españoles”, empieza el pintor y cantante, en un vídeo compartido esta semana coincidiendo con la exhumación de Franco, “vayamos todos el día 15 al Valle de los Caídos. Ésta es una guerra Santa. Es una cruzada por España y por su liberación, para aplastar al enemigo, para que el sagrado corazón de Jesús y el inmaculado corazón de María triunfen en España y para que Franco resucite, salga vivo, y sea nuestro Caudillo”, propone, mientras ondea una rojigualda con águila incluída. “Franco no ha muerto, Franco vive, ¡arriba España!”, termina, alguien que lo único que parece conservar de los ochenta hasta ahora es, desde frentes antagónicos, una gula insaciable por provocar.

Tacones Lejanos (Pedro Almodóvar, 1991)

De entre esas mujeres que se antojaban “de otro mundo” para una Rosalía prepúber, había algunas que la normatividad de género les negaría entonar aquel Yo quiero ser una chica Almodóvar que cantaba Joaquín Sabina. “Yo quiero ser una chica Almodóvar, como Bibi, como Miguel Bosé”, rezaba la letra de la canción, en referencia a la participación de Bosé en la película Tacones Lejanos. El responsable de Amante Bandido interpreta en este filme a Femme Letal, una trans que se gana la vida imitando a una diva con la voz y el rostro de Marisa Paredes, y cuyos shows sirven para que la hija de esta última, Victoria Abril, pueda sobrellevar la ausencia de su madre. De fondo, la sombra y las canciones de Luz Casal.

De Bosé a Rosalía, todas estas “chicas Almodóvar” parecen representar lo que en cada momento, según el año de producción, ocupaba el trono de la vanguardia musical. El desfile de estrellas, sin embargo, ni empieza ni termina en la piel: piensa en Estrella Morente poseyendo con su duende a Penélope Cruz en Volver, en Sara Montiel revisionada por un Gael García Bernal travestido en La mala educación, en la monja de Entre Tinieblas entonando el Encadenados de Lucho Gatica. Piensa en el playback con I’m so excited de Pointer Sisters en Los amantes pasajeros, o en Banderas, Abril y Loles León convirtiendo en multitud al Dúo Dinámico y su Resistiré en la escena final de Átame.

¿Bonus track? Un Pedro rococó, after Miguel Molina, se encargó de interpretar La Bien Pagá en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Pedro Almodóvar, 1984)

share