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Artículo 4 instragramers contra la tiranía de lo cuqui en las fotos de comida Food

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4 instragramers contra la tiranía de lo cuqui en las fotos de comida

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“No hay trampa ni cartón. No hago nada especial para Instagram ¿Por qué ponen tantas cosas de más en las fotos? A mí eso me da palo”

Rosa Molinero Trias

14 Julio 2018 13:36

Como en el día de la marmota. Así me siento a veces cuando entro en Instagram y sobrevuelo con el dedo las mismas imágenes de comida. Fondos de bodegón, trapos de cocina sin una mancha y platos muy coloridos. O exageradamente decadentes. Son las cuentas que más triunfan calzándose foodporn tras foodporn. Sin embargo, un buen surtido de instagramers están teniendo mucho éxito mostrando recetas caseras sin la consabida y repetitiva estética aspiracional.

La iluminación no siempre será la mejor, los encuadres no serán perfectos y los platos no serán los más coloridos ni de moda. En lugar de batidos monstruosos, donuts de sushi y tartas perfectas sobre una mesa de madera envejecida, encontramos judías con patatas hervidas, boquerones caseros, caracoles o arroz a la cazuela con conejo. Básicamente, lo que realmente se come a diario en España. Y para muchos no pasa nada si se repiten platos porque sobraron ayer o anteayer. Lo mejor: acumulan miles de followers que les interesa más una idea para apañar una comida que no hacer scroll por un montón de platos que rara vez prepararán o comerán.

Paquita Ligero Roda (@paquitaligero), administrativa de 58 años actualmente en paro, lo dice tal cual: “No hay trampa ni cartón. Lo que ves es la comida de cada día. Es lo que comemos en casa y los platos que van a la mesa. No hago nada especial para Instagram”.

Como la mayoría de instagramers de su generación, empezó este diario de recetas porque algún familiar se lo sugirió. En este caso fue su hija, que le dijo que la comida movía montañas en las redes. “Empecé poniendo alguna foto suelta no hace más de un año y me enganché”.

“No hay trampa ni cartón. Lo que ves es la comida de cada día. Es lo que comemos en casa y los platos que van a la mesa"

@paquitaligero

Sus platos son un reflejo de cómo se come en muchos hogares españoles. Productos de temporada, recetas tradicionales, reutilización de los platos de ayer, guisados que llevan su tiempo y mucho mimo. “Últimamente, con la edad, tengo mucha nostalgia de comida de la de antes. Intento hacer cosas que yo comía cuando era pequeña, que recuerdo de mi abuela”, confiesa Paquita Ligero.

Una habitual en su mesa es La Princesa: Su nieta de 9 años a la que muchos de sus seguidores envidian por los platos que le cocina la abuela Paquita. “Ella disfruta como la que más”. Cuando cotillea las fotos de esas cuentas de comida perfectas se pregunta “¿por qué ponen tantas cosas de más en las fotos? A mí eso me da palo”. Aunque reconoce que sigue algunas, dice que no aspira a ser como ellas. “Yo quiero seguir como estoy”.

No se explica sus miles de seguidores en esta red de veinteañeros que comen por los ojos: “Esta mañana he visto que me seguían 6.665 personas. Yo alucino. ALUCINO. Porque mis amigas y eso no tienen Instagram, con lo cual no es gente que yo conozca, porque no sé quién son. No sé por qué tengo tantos seguidores. Creo que la mayoría de la gente cocina como yo. A mis seguidores les gusta mi comida y les sirve como idea”. Simple y llanamente.

“¿Por qué ponen tantas cosas de más en las fotos? A mí eso me da palo. Yo quiero seguir como estoy”

@paquitaligero

¿Y quiénes son? “Creo que me sigue gente de todo tipo”. Me comenta que le escribe gente joven pidiéndole recetas muy básicas e incluso algunos que le dicen: “Ay, Paqui. Me gustaría comer en tu casa. ¿Por qué no me adoptas?”.

Tampoco le deben faltar las solicitudes de adopción a Koldo (@koldogourmet). A este director comercial de la sección de una multinacional alemana del acero le gusta cocinar y comer. “Sobre todo cocina vasca, que es la que aprendí de mi madre y también de forma autodidacta”. En su cuenta no faltan las piparras, las kokotxas de bacalao al pil-pil y unos entrecots de campeonato. Lleva un año y medio con esta cuenta en la que postea lo que cocina y come gracias a que sus hijos le enseñaron la aplicación.

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“No intento ser rebuscado con las fotografías, simplemente quiero que queden bien iluminadas y que más o menos tengan el mismo estilo. No he querido perfeccionar, ni meter un fondo de bodegón. Esas cosas no me interesan. No me acaban de gustar las fotos muy perfectas y artificiales”.

Sin embargo, Koldo intenta darles siempre su toque personal. Se declara como un “talibán del aceite de oliva” y siempre aparecer una botellita que ya casi es su sello de marca. “Me lo llevo a Alemania y les explico a mis compañeros de ahí que ese aceite italiano que compran es en realidad español y les regalo una botella”. ¿Qué mejor estrategia para dar a conocer el buen aceite de oliva?

"Me encanta cuando, las veces que sale mal, algunas personas también lo enseñan. Porque en la cocina todos nos hemos equivocado”.

@koldogourmet

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De cuentas similares a la suya destaca el esfuerzo que le pone la gente en intentar hacer un plato bueno. “Pero también me encanta cuando, las veces que sale mal, algunas personas también lo enseñan. Porque en la cocina todos nos hemos equivocado”.

Preguntado por sus varios miles de seguidores, Koldo cree que le siguen todo tipo de perfiles: tanto jóvenes como personas de su generación pero sobre todo amas de casa. Además, cuenta que se toma este divertimiento con cierta responsabilidad: “A todas las personas que me comentan, les contesto. Eso es lo que me da más trabajo. A alguien que se molesta en decir ‘esto me gusta’ quiero contestarle. Yo dejo de seguir a las cuentas que tras varios comentarios pasan de mí”.

No he querido perfeccionar, ni meter un fondo de bodegón. Esas cosas no me interesan. No me acaban de gustar las fotos muy perfectas y artificiales"

@koldogourmet

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Elena María Rodríguez (@leny_en_la_cocina) también lo tenía claro: "la comida tradicional es lo que más me gusta". Me explica que antes de tener la cuenta, donde empezó a subir sus recetas en febrero de 2017, ya le gustaba hacer fotos a algunos platos. "Siempre me ha gustado la cocina. Antes hacía fotos a lo que cocinaba y se las mandaba a mi hermano o a mis amigas".

"Siempre me ha gustado la cocina. Antes hacía fotos a lo que cocinaba y se las mandaba a mi hermano o a mis amigas"

@leny_en_la_cocina

En un principio subió fotos de la naturaleza, que es su otra pasión. Pero vio que también había instagramers que subían sus platos. "Y pensé: pues mira qué bien, ahora puedo subir las fotos que tenía e ir subiendo cada vez que cocine algo". Y en poco tiempo la empezaron a seguir muchísimas personas hasta llegar a los 10.5K actuales y sabe por sus comentarios que lo que más valoran es que la receta sea sencilla y con ingredientes comunes en cualquier casa. Cree que la mayoría son tanto hombres como mujeres de mediana edad que les gusta la comida de la que se come en España todos los días. "A veces también hay gente más joven", puntualiza. "Acaban de empezar a cocinar y te preguntar cosas sencillas sobre las recetas".

Su cuenta de Instagram le trajo algunos cambios: le encantó a conocer a otros instagramers que visitaron Oviedo y comprobó cómo la comida hacía de nexo de unión. "Y me lancé a hacer algunas cosas que nunca había hecho, como el pan de molde, que lo hago a pulso y a mano, sin termomix ni panificadora". Me aclara que no es cocinera ni nunca ha tenido nada que ver con la hostelería, sino que ha sido administrativa y ahora que tiene 53 años está en paro. Y confiesa: "no me gustaría trabajar en cocina porque no me gusta tanta presión, pero alguna vez se me ha pasado por la cabeza abrir algún negocio pequeño que yo pudiera controlar".

Sobre las cuentas de comida perfecta, dice lo siguiente: "La verdad es que me gusta verlas. Hay algunas que hacen un verdadero espectáculo, que despliegan ahí en la mesa una exageración de cositas". No obstante, matiza: "Yo prefiero hacer algo más real. Pero eso no quita que si un día cogí unas flores del campo, pues las ponga allí. Y también me gusta mucho hacer fotos de lo que como cuando salgo la naturaleza. Ahora mismo estoy en un parque, rodeada de árboles, y me comí un bocadillo y una chocolatina y les hice una foto".

"Yo prefiero hacer algo más real. Pero eso no quita que si un día cogí unas flores del campo, pues las ponga allí"

@leny_en_la_cocina

El éxito de estas cuentas es tal que a veces les confunden con cocineros. Le pasó a Darío Escudero (@gijonudo), un albañil de 46 años que inició su cuenta de Instagram hace unos 2 años y medio, después de abandonar Facebook cansado de los trolls.

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"He apostado por la cocina más casera y tradicional porque es más cercana a la gente"

@gijonudo

"He apostado por la cocina más casera y tradicional porque es más cercana a la gente. Así pueden encontrar productos en tiendas más de barrio. Es lo que se come en mi casa. Comida de toda la vida". ¿A quién le interesa esto? En realidad, a todos, (y sobre todo a las personas jóvenes no muy duchas en la cocina) nos interesa saber apañárnoslas en la cocina de manera fácil, rápida y barata, con productos que encontremos en la esquina.

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Le pone cara a sus 18.5K seguidores: "creo que la mayoría son gente normal, como yo. De distintas profesiones. Y gente muy joven, que les gusta mi cocina porque es muy cercana, muy de casa, que pueden hacer ellos". Cuenta Darío que cuando le escriben por privado, las más de las veces es para felicitarle por algo: la sencillez de su cuenta.

Darío se muestra muy sorprendido del crecimiento de su cuenta. "Tú lo piensas y dices 'Joder, ¡si soy albañil!' Y me están ofreciendo dar masterclass en eventos, ayuntamientos, me mandan productos para hacer colaboraciones, hay gente que me quiere conocer... Es increíble".

"Tú lo piensas y dices 'Joder, ¡si soy albañil!' Y me están ofreciendo dar masterclass en eventos, ayuntamientos..."

@gijonudo

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Parece que el público de estas cuentas sigue dos tendencias. Por un lado, nativos digitales (la mayoría de usuarios de Instagram) que han empezado a cocinar hace poco y quieren repetir los platos de sus familias. ¿Para qué entrar a Youtube si Instagram lo pone más fácil?

Y, por el otro, un sector de personas a las que la comida que no entra tanto por los ojos como por el recuerdo. Las mujeres de mediana edad se identifican con estas imágenes porque es la que ellas conocen, cocinan y les gusta. Una generación con suficiente memoria gustativa como para considerar que lo primero es el sabor y el recuerdo de lo casero y que no les echa para atrás para juzgar los platos que se separen del cánon estético impuesto por unanimidad en Instagram. Pero una cosa está clara: el restaurante de Internet hoy está en Instagram.

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