Nunca México había emitido una respuesta tan desafiante al presidente de los EEUU: "Ahora somos socios prioritarios de uno de los bloques económicos más importantes del mundo"
"El acuerdo comercial de México con la UE da un puñetazo a Trump", titula hoy Político en el análisis económico de sus expertos. El acuerdo de México con Bruselas es histórico y llega justo en el momento propicio: cuando Washington apretaba cada vez más las tuercas al país latinoamericano. Es el momento de preguntarse abiertamente si aquí México empieza a independizarse económicamente de la influencia de EE.UU.
Nunca antes México emitió una respuesta política tan desafiante contra el presidente de los Estados Unidos. De esta manera México intenta diversificar y dejar de depender casi exclusivamente de unos Estados Unidos cada vez más hostiles en el sector del motor. Se trata de una mejora importante de un acuerdo original alcanzado el año 2000, que garantizaría un comercio casi libre de aranceles en todos los productos, incluidos los productos agrícolas, al tiempo que simplificaría los procedimientos aduaneros. "Prácticamente todos los bienes van a ser libres de impuestos", dice el tweet oficial de la Comisión Europea.
El comisario de Agricultura Phil Hogan, que participó en las negociaciones, dijo que el acuerdo mejorado sería "muy positivo" para el sector alimentario de Europa. Hay que pensar que México exportó unos 340 mil millones de dolares en bienes y servicios a los EE. UU. el año pasado, pero solo 28,8 mil millones de dólares a la UE.
"El acuerdo nos confirma como socios prioritarios de uno de los bloques económicos más importantes del mundo", ha dicho el presidente Peña Nieto. Por su parte, la comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, aseguró que tales acuerdos eran posibles cuando "ambos socios comparten una clara creencia en los méritos de la apertura y del comercio libre y justo", haciendo referencia de manera indirecta a los obstáculos de Trump a la hora de negociar y agregó que era un acuerdo "apto para los desafíos económicos y políticos del siglo XXI".
Las negociaciones sobre política alimentaria se centraron en las exigencias sobre agricultura de México que busca un mejor acceso al mercado de la carne de vaca, una petición naturalmente difícil para algunos países de la UE, como Francia e Irlanda. Los mexicanos, a cambio, ofrecen levantar las barreras a las exportaciones de lácteos como el queso y la leche en polvo. El acuerdo final ofrece protección en México para 340 alimentos y bebidas de Europa, como el queso Queijo São Jorge de Portugal y el Szegedi, un salami de Hungría.
Estados Unidos presionó durante mucho tiempo a México para que no aceptara el sistema de denominaciones de la UE, que protege los nombres icónicos de alimentos como el Champán, que solo pueden venderse con el nombre original si provienen de la región productora respectiva. Si como todo parece indicar se firma el acuerdo definitivo será el primer gran golpe bajo a las aspiraciones de Trump de seguir siendo muy poderosos en México.
[Vía POLITICO]
