Los empresarios quieren boicotear la nueva ley porque temen que la gente se presente con "un hámster, un papagayo o un lagarto de compañía"
Se escuchan ladridos de alegría y ronroneos de placer que llegan desde Portugal: el parlamento ha aprobado una ley para que los restaurantes permitan la entrada de animales de compañía en su establecimiento.
Hasta la fecha, los animales tenían prohibido ir a comer o cenar con sus responsables. Pero desde el día 9 de febrero, el gobierno deja en manos de cada establecimiento el derecho de admisión a los animales de compañía.
De esta forma, los dueños de los restaurantes pueden establecer un aforo máximo de animales, que deberán estar sujetos con una correa corta para que no puedan corretear a sus anchas bajo las mesas y las sillas. Asimismo, les permite delimitar un espacio para los animales.
No obstante, la Asociación de Hostelería, Restauración y Similares de Portugal (AHRESP) ha pedido que se boicotee esta ley. En palabras de su director, José Manuel Pereira, alegan que no se ha dejado claro qué significa “animal de compañía”.
"Si es un hámster de compañía, es un hámster (el que estará en el restaurante), si es un papagayo, si es un gallo, si es un lagarto... la ley no especificó y pasó toda la responsabilidad a los empresarios", sostiene Pereira en declaraciones a la cadena pública portuguesa RTP.
También ha expresado su preocupación por esta ley que muchos consideran poco específica la presidenta de la Liga Portuguesa de los Derechos del Animal, Maria do Céu Sampaio, que explicó para EFE que algunos empresarios temen perder a clientes si prohiben la entrada de animales en su local.
Pero, de hecho, esta novedad para Portugal no presentó tantas complicaciones en otros países. En España, en algunos estados de Estados Unidos, en Bélgica y en Francia, por citar algunos, imperan ordenanzas locales similares que funcionan con sencillez: es el restaurante quien decide si permite o no la entrada y el cliente si acude o no. Al final, es un plus más, como lo puede ser que tenga grandes ventanales o música en directo, que tanto si tienes mascota como si no, puede hacerte decantar por ese bar y no por otro.
