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Artículo "Mi hijo no sabe lo que es una galleta. Es feliz desayunando garbanzos" Food

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"Mi hijo no sabe lo que es una galleta. Es feliz desayunando garbanzos"

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La acusaron de ser una mala madre. Su contraataque ha sido tan brillante que deja en evidencia a muchos

Rosa Molinero Trias

10 Enero 2018 13:37

De entre todas las cosas que suelen encender el debate en las redes, nadie hubiera pensado que unos simples garbanzos harían arder la polémica de la manera que lo hicieron ayer, cuando la dietista-nutricionista María Merino colgó en su Twitter el siguiente comentario:

Es una imagen que a primera vista puede sorprender: un niño que come garbanzos para desayunar. Pero lo hace porque, culturalmente, y aunque solamente hará unos 30 o 40 años como mucho, pensamos que el desayuno pasa por lo dulce, sean cereales o galletas, o por el clásico bocadillo de embutido. La reacción de quienes piensan que hay seguir desayunando así no se hizo esperar y se expresó con agresividad :

María Merino también recibió apoyo entre el mar de trols que auguraban lo peor para ella y su hijo:

Tal y como aclara hoy en un podcast esta dietista-nutricionista licenciada por la Universidad de Barcelona, “lo hice para mostrar que hay mucho más allá que una galleta como desayuna o unos cereales industriales y que no es necesario comer comida ultraprocesada para hacer un buen desayuno. Que los niños no necesitan eso como desayuno y que pueden ser igualmente felices. Porque si tú desde pequeño enseñas a tu hijo a comer sano, tu hijo cuando sea adulto comerá sano y no tendrá esa adicción al azúcar. Recordad que es entre 1 y 2 años cuando se educa al paladar”.

Además, para los que no dejaron ni un detalle sin criticar, explicó la cómo terminó ese tupper de garbanzos siendo el primer bocado de la mañana de su hijo:

“Ni mi hijo desayuna cada día garbanzos, ni desayuna únicamente garbanzos, ni le puse una cantidad concreta de garbanzos. Mi hijo ayer, que lo tenía en brazos mientras abría la nevera para prepararle el desayuno, que iba a ser fruta, pero al abrir la nevera vió el tupper y me pidió garbanzos. No me parece mal que mi hijo desayune garbanzos, porque cuántas veces habré desayunado yo un hummus, como me puedo comer cuatro garbanzos que me han sobrado del día de antes. No me parece una locura, como me decían ayer que tenían que llamar a servicios sociales”.

“Mi hijo siempre tendrá una oferta saludable y será él quien decida si quiere comerla o no”, afirmaba Merino, que conoce el sistema de alimentación infantil del baby led weaning.

Asimismo, reflexionaba sobre por qué todos tenemos en la cabeza la convención que un desayuno debe ser principalmente dulce:

“El problema está en que la población general tiene metido en la cabeza lo que la industria ha querido meterles. ¿Y eso que significa? Si os fijáis, en todos los supermercados tenemos un pasillo que pone 'desayunos'. Y en ese pasillo no hay más que galletas, cereales, bizcochitos, dulces, panes de molde… Todo un montón de productos ultraprocesados que la industria ha querido asociar al desayuno y que actualmente nuestra sociedad tiene muy arraigado que esto es nuestro desayuno. Pero es que eso no es más que basura, cargados de azúcares y grasas poco saludables que conllevan a múltiples consecuencias, como son el sobrepeso y la obesidad”.

“Estoy bastante triste y a la vez cabreada”, sentenciaba. “ No entiendo cómo pueden defender a ese nivel que un niño coma galletas. Cómo pueden asociar la felicidad a que un niño coma galletas y cómo puede ser que la gente coma tan mal".

"Espero que como mínimo la polémica que ha creado el desayuno de mi hijo sirva para que la gente vea que todos esos productos conllevan consecuencias para la salud. Para todos esos niños que desayunan unas galletas con un zumo, toman de postre un postre lácteo, meriendan cualquier otro dulce, cualquier otro bollito, cualquier otro pastelito, y que al final del día toman unos 100 gramos de azúcar. Espero que todos esos padres sean conscientes de lo que están haciendo con la salud de sus hijos”.

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