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Agua connaisseurs, otra moda extravagante

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Esta tendencia convierte un bien de primera necesidad en un producto de lujo.

PlayGround

01 Agosto 2019 12:09

El agua también crea controversias. Sí, ese líquido idealmente incoloro, inodoro e insípido, pero imprescindible para vivir. Y no hablamos aquí del problema de su escasez en muchos lugares del mundo, ni de la presencia de microplásticos en buena parte del agua que consumes. Hablamos del agua como lujo. O más concretamente, como el lujo sibarita de los agua connaisseurs.

Quizá desconozcas el término, pero seguro que te has dado cuenta del crecimiento de las marcas de agua de lujo en el mercado. Pues los agua connaisseurs son expertos catadores con las supuestas habilidades necesarias para enjuiciar la calidad, el estilo y la procedencia de esas marcas de agua comerciales de prestigio.

Esta nueva moda convierte un bien de primera necesidad en un producto de lujo. Agua embotellada con packagings exclusivos que se venden a un precio desorbitado. Sucede como con muchos perfumes caros: la imagen de marca acaba costando más que el propio producto.

La ciudad de Berkeley Springs, en West Virginia, celebra todos los años la mayor cata internacional de aguas del mundo. En la competición del año pasado, el producto que los agua connaisseurs designaron como ganador se define como “agua infusionada con las frecuencias del amor, la luna y el espectro de luz del arcoíris”. Sí, has leído bien. Se llama Frequency H2O y es un agua australiana que según su ‘creador’ es el elixir de vida definitivo. Ninguna cata de vino ha sido nunca tan pretenciosa.

Otra de las marcas premiadas fue Svalbarði Polar Iceberg Water, una compañía noruega que vende botellas de agua “recién extraída de icebergs en proceso de deshielo”. ¿Su precio? 90 dólares cada botella de 750 mililitros.

Otras marcas de lujo venden “agua exclusivamente obtenida del glaciar Eklutna en Alaska”, “agua bombeada desde 3.000 pies bajo la superficie de Hawai” o “extraída de manantiales de Fiji y espolvoreada con polvo de oro”. Todos justifican su exceso de precio con una idea similar: cuanto más oscuro sea el origen, o elaborada su preparación, más saludable, y más deliciosa es el agua.

Todo eso, supuestamente.

De hecho, en las catas a ciegas, la mayoría de los mortales no somos capaces de distinguir entre estas aguas de lujo y el agua corriente del grifo.

Los extravagantes lemas de venta y el precio hacen que el agua embotellada de lujo sea una especie de ‘cambio climático líquido para la mesa de los ricos’. Y a pesar de la abundancia de razones lógicas para evitar estos productos, lo cierto es el agua embotellada "premium" es el sector de más rápido crecimiento de la industria del agua embotellada de EEUU.

Si tenemos en cuenta que la escasez de agua potable afectará a dos tercios de la población mundial en tan solo seis años y que se prevé que en 50 años haya más plástico que peces en el océano, la figura del agua connaisseur resulta casi insultante.

Pero, ¿cuáles son las razones que llevan a consumir agua embotellada de lujo?

Probablemente la obsesión por la cultura del wellness y los productos supuestamente saludables unido a un deseo de estatus. Pero podría haber otra razón: nuestro miedo a la muerte.

En un estudio reciente sobre las opciones de consumo de agua, los investigadores Stephanie Cote y Sarah Wolfe, de la Universidad de Waterloo de Ontario, afirman que “la ansiedad de muerte no reconocida de los individuos puede ser una barrera no reconocida para un cambio de comportamiento ambientalmente sostenible. Los recordatorios de muerte aumentan de manera confiable la explotación egoísta de los recursos naturales por parte de los humanos”.

Ya ves. El agua como antídoto particularmente atractivo para la desesperación existencial. Y cuanto más rara y más cara, mejor.

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