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Artículo "Perdone camarera, pero tengo un escupitajo en mi hamburguesa" Food

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"Perdone camarera, pero tengo un escupitajo en mi hamburguesa"

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¿Cómo compensar a alguien a quien le han escupido en su comida? “Sentí que iba a vomitar”

Rosa Molinero Trias

20 Junio 2018 12:27

¿Cómo te gusta comer las hamburguesas? ¿Con cebolla fresca o caramelizada? ¿Con extra de queso? ¿Pepinillos sí o no? ¿Y qué me dices de un escupitajo bien hermoso? Eso mismo se encontró en la hamburguesa Curtis Mays, cuando celebraba el Día del Padre con su hija y su nieta en el Bohemian Hall and Beer Garden en Queens, en Nueva York.

Por suerte o por desgracia, Mays no llegó a ver el salivajo en cuestión. Una vez devorada su hamburguesa y dispuesto a pagar la cuenta, que pidió porque le dijeron que habían mezclado su pedido con el de otro cliente, encontró que había un ingrediente sorpresa. En la factura, bajo “cheeseburger”, “bien hecha”, “pan tostado”, se leía “por favor, también escupe en ella”. Y luego venían otros toppings: cebolla caramelizada, mayonesa y otros platos del menú.

Obviamente, Mays se quedó a cuadros. "Perdone camarera, pero tengo un escupitajo en mi hamburguesa", debería ser su reacción instintiva. Toda la velada había transcurrido con tranquilidad y jamás se esperó que el restaurante le jugara esa mala pasada. “Sentí que iba a vomitar”, explicó para ABC7. Intentó entender qué demonios había ocurrido para que terminara por comerse un gargajo. “¿Por qué has hecho esto?”, le preguntó Mays a la camarera. No obtuvo más respuesta que la confirmación de que ella misma había imprimido ese ticket.

El Bohemian Hall and Beer Garden

La manager del local la despidió inmediatamente, aunque explicó que jamás había tenido ningún problema con esta empleada, y a Mays le devolvieron el importe de su dinero. Pero él mismo reconocía: “¿Cómo compensar a alguien a quien le han escupido en su comida? Ya me lo había comido”.

No sabemos si todo se trataba de una broma entre el servicio de la sala y la cocina y usaban “escupitajo” como sinónimo de mantequilla, aceite o de alguna otra salsa. O si el cliente tuvo un encontronazo dialéctico con la camarera y buscaba venganza. O si en realidad se dedicaban a escupir al azar en algunos pedidos. ¿Hizo el cliente algo que les pudiera incordiar hasta ese punto? Porque los malos comportamientos en el bar o el restaurante pueden irritar hasta el camarero o cocinero más pacientes. Por ejemplo:

—Silbar o chasquear los dedos para llamar la atención del camarero

—Pedir cosas que no están en el menú

—Llegar con un montón de alergias sin avisar

—Tener actitudes denigrantes con el equipo de sala

—Cambiar el pedido tropecientas veces

—Quejarte de que no te gusta un plato justo cuando te lo acaban de servir

Sea como sea, la asquerosidad es imperdonable.


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