Del paleolítico para el futuro: las nuevas casas de paja

La historia de "Los tres cochinitos" ya no está en lo cierto, porque las casas hechas con pacas de paja han dejado de ser frágiles: la bioarquitectura ha logrado que esta forma de construir sea segura, eficiente, térmica, amigable con el medio ambiente, más fácil de edificar, más económica y hasta resistente a los sismos.

Si bien estas casas hechas con muros de paja son un tipo de construcción que se ha usado desde la era paleolítica en África o que se popularizó con la empacadora mecánica de heno en el siglo XIX en América del Norte, no fue hasta los años 1970 que comenzó a usarse con fines ecológicos. Y de ahí hasta nuestros días, cuando la crisis climática nos demanda urgentemente modificar hábitos para aminorar la contaminación.

En México, este tipo de construcciones respetuosas con el medioambiente son cada vez más comunes. Uno de los principales promotores es Laboratorio de Arquitectura Básica, liderado por el arquitecto Juan Casillas, también profesor de la Universidad Iberoamericana.

Convertirse en padre cuando aún estudiaba la carrera le hizo cambiar su visión de la arquitectura y basó su trabajo pensando en las generaciones futuras: “gracias a eso descubrí el camino de la sustentabilidad, de la regeneración, de la construcción con materiales naturales”, explica Juan, quien desde 1999 comenzó a levantar muros de paja y adobe. La primera vivienda que hizo con este método fue su propia casa.

Buenas, bonitas y sustentables

En entrevista para PlayGround, el arquitecto explicó que la técnica de construcción con pacas busca mitigar el cambio climático al evitar la incineración de la paja (residuo agrícola de las cosechas de trigo, arroz, alfalfa, alpiste, cebada). “Ese residuo llamado esquilmo se incinera por millones de toneladas en todo el mundo donde se cosecha, porque no es un residuo que se degrade rápidamente. Darles uso es una alternativa para evitar esa incineración y la consecuente emisión de gases de carbono (uno de los más contaminantes), que implica el cambio climático y otras cosas que tienen al planeta en esta crisis ambiental”.

La construcción con casas de paja es una buena alternativa para mitigar esa quema, y dicho residuo se vuelve un recurso renovable. También evita emplear materiales de alto impacto ambiental como el cemento, el acero y otros muy utilizados en las construcciones tradicionales.

El precio de una casa ecológica es muy variable, pues depende del diseño, del proyecto, de la ubicación y del acercamiento constructivo, pero potencialmente se ha calculado que puede reducir los costos de una construcción tradicional hasta en 30%. Se aminoran gastos en cuanto a materiales, pues se usan productos orgánicos como la tierra del lugar, agua, piedras y, como su construcción es más sencilla, también se ahorra ahí. Lo cierto es que éstas siempre deben ser dirigidas por especialistas... que no abundan.

“Otra de sus ventajas es que puede utilizarse en todos los niveles de construcción, desde el nivel rural básico como es la vivienda vernácula hasta el de lujo como edificios con departamentos, como el que está en la calle Nicolás San Juan en la colonia Del Valle (CDMX) —hecho por el despacho Taller 13—, el único edificio en México construido con pacas de paja”, asegura Juan.

Si se tuviera que tener un referente en cuanto a casas de paja, hay que voltear a Estados Unidos y Canadá, donde se han hecho ya por muchos años. Una de las razones es que dichas construcciones son térmicas: son frescas en climas calurosos y cálidas ante temperaturas frías. Esto ahorra mucho dinero en aire acondicionado y calefacción. Se pueden encontrar también en diversos países de Europa, en Argentina y Chile.

Entre las desventajas que tienen las casas sustentables es que son susceptibles al fuego si no son protegidas apropiadamente, o también pueden serlo al impacto del agua si no están bien diseñadas y no se ha protegido bien el material.

Cuando construir una casa se vuelve un ritual

Entre las stories del Instagram de una chica que odia ensuciarse, se ve cómo ella y su familia se quitan los zapatos y calcetines para meter los pies en una fuente de lodo y mezclar el adobe. Estas imágenes que se vuelven muy graciosas por verla desafiar sus miedos y ensuciarse de pies a cabeza dan fe de cómo las casas de paja se vuelven una verdadera fiesta con la naturaleza.

De acuerdo con Juan Casillas, la facilidad de construir estas casas da pie para que sus futuros habitantes participen en la edificación. “Se vuelve una celebración donde la gente va a ayudar a los dueños a poner los muros con adobe. Es una estrategia tradicional de las culturas, pues antiguamente las personas se ayudaban entre sí para construir sus casas. De alguna manera es recuperar eso, hacerlo contemporáneo; tener una visión de la arquitectura en la construcción social del hábitat tiene que ver con que las casas se construyen colaborativamente con los distintos actores de la sociedad: los dueños, la comunidad, los albañiles, voluntarios. Esa es un poco la perspectiva”.

Obviamente la casa la están construyendo albañiles, pero existe esta puerta para que la gente se involucre. Es una forma de que la vivienda se vuelva, además de un objeto sustentable, un ser con mayor vida y aprecio.

“He trabajado mucho en comunidades rurales con estas casas y suele haber gente que dice que si vamos a traer a pastar a las vacas y a los caballos. Conforme vamos avanzando en el proceso, la gente que en un principio se burla, se empieza a interesar, primero por curiosidad, pero luego porque le llama la atención y al final se apropia de la técnica mediante el proceso de hacerlo”, cuenta el arquitecto.

Recuerda una anécdota cuando en una de las construcciones, él y su equipo vieron a un grupo de mujeres mazahuas que se reía de la forma como construían las casas: “pero esa burla se convirtió en curiosidad y poco a poquito se fueron acercando a colaborar. Al final fueron las más comprometidas con el proyecto. Estas casas han permitido que las mujeres participen de una manera muy intuitiva y natural, son proyectos que las empoderan mucho y les da la opción de que ellas sean las constructoras”.

Al final, el proceso de construcción de las casas de paja no solo se convierte en una solución sostenible a la vivienda, si no también en una v´ia para promover la igualdad de g´enero: ¿a cu´antas albañilas vieron en su vida?

La vivienda ante los sismos

Si se mira el archivo de fotos de Arquitectura Básica en su cuenta de Instagram, es posible ver las distintas zonas rurales y urbanas donde han dejado su trabajo. Han hecho casas en Morelos (en Jojutla y Tepoztlán), en la Ciudad de México, Chihuahua, Oaxaca, Michoacán, en el Estado de México (Valle de Bravo y otras ciudades), Hidalgo, Tlaxcala, entre otros.

En Jojutla, Juan Casillas hizo una casa para una familia y así contribuyó a la restauración de la población más afectada tras el sismo del 19 de septiembre en México.

Una ventaja más de las casas de paja es que por sus materiales naturales, son muy flexibles y sismorresistentes, de ahí que sea una buena inversión para zonas como Morelos, Guerrero, Chiapas, Oaxaca o la Ciudad de México.

No obstante las ventajas de estas construcciones versus las tradicionales, aún no logran ser competencia. Juan señala que "como cualquier otra cosa, se requiere de educación, de conciencia, de voluntad. No es algo que se pueda hacer como las casas Geo, que se hacen 500 igualitas y se venden en masa. Una casa ecológica requiere de la voluntad de quien la habita, para asegurarse de que eso es lo que quiere y hacerse consciente del beneficio que esto puede traer al medio ambiente. Mientras más educada es una comunidad o un país, elige cosas mejores; es un proceso llamado ecoeducación, y que no solo abarca una casa, sino todas esas tecnologías que están a favor del medio ambiente y están en proceso de implementación. Es algo gradual, no se puede imponer una casa ecológica a cualquier persona porque puede ser contraproducente, se tiene que tener cierta conciencia de cómo se vive en ellas, cómo operan. Ahí en Jojutla hicimos una vivienda muy sencilla, económica y fácil de construir; la idea es que la gente viera cómo se construyó y la replicara, pero por desgracia aún sigo esperando a que eso suceda".