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Internet se ha convertido en un espacio hostil para las mujeres

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Imagen: Unsplash | Alex Vasey
 

Un estudio de Amnistía Internacional documentó en Argentina la violencia padecida por mujeres en redes sociales, desde misoginia hasta amenazas

Emilia Erbetta

07 Enero 2020 22:08

Asesina, puta, feminazi, criminal, mala madre... Imaginemos que alguien nos gritara esto mientras caminamos por la calle: el miedo, la rabia, las ganas de correr. Ahora imaginemos que durante semanas enteras, cientos de desconocidos nos insultan cada vez que abrimos nuestras redes sociales.

Según un informe de Amnistía Internacional, una de cada tres mujeres sufrió violencia en redes sociales en Argentina. Un 26% recibió amenazas directas o indirectas de violencia psicológica o sexual, un 59%, mensajes sexuales y misóginos y, el 34%, comentarios abusivos en general.

Los datos surgen de una encuesta que Amnistía hizo en 2018, durante los meses frenéticos en los que el Congreso argentino debatió y estuvo a punto de aprobar la legalización del aborto. La organización internacional consultó a mil 200 mujeres en todo el país, analizó más de 300 mil tweets y siguió especialmente a 24 perfiles que tuvieron mucha actividad durante el debate por el aborto.

¿Qué encontraron? Que con el debate, la violencia digital contra las mujeres —especialmente aquellas a favor del aborto legal— recrudeció: en esos meses el lenguaje abusivo aumentó un 42%; las amenazas psicológicas de violencia sexual, un 12%; los comentarios racistas, un 14%; y los comentarios homofóbicos o transfóbicos, un 15%.

Linchamientos en 280 caracteres

En 2019, Argentina eligió nuevo presidente y la campaña electoral se sintió muy fuerte en las redes sociales. Otra vez, las candidatas fueron el blanco de los ataques online: un monitoreo de más de 225 mil interacciones hecho por el Equipo Latinoamericano de Política y Género (ELA) durante la campaña encontró que el 85% de las candidatas sufrió violencia machista en las redes.

Las llamaron “tonta, petera, travesti, pendeja, gorda, falopera, boluda, grasa, chorra, trola, yegua, minita, idiota, hueca, ladrona, mongólica, pelotuda, negra, frígida, feminazi”. Una de las más atacadas fue Ofelia Fernández, quien con 20 años es la legisladora más joven de Argentina: a ella, entre otras cosas horribles, le dijeron “conchaseca”.

Los tweets agresivos sobre ella —su pelo, sus dientes, su cuerpo— se replicaban en loop a medida que ella se afianzaba como candidata: la humillación retuiteada como forma de disciplinamiento.

La violencia contra las mujeres en internet es un problema global. Tantos porcentajes pueden marearnos un poco pero son ilustrativos para entender lo grave del problema: en Estados Unidos, 33% de las mujeres sufrieron alguna vez violencia o acoso en línea. En Suecia, el 30%; en Italia, el 17%; en Reino Unido, el 22%; en España, el 29%.

El mayor problema, aseguran desde Amnistía, está en Twitter y por eso le reclaman a la compañía que incorpore nuevos criterios a su política de moderación de contenidos. En un estudio específico sobre la situación en Estados Unidos e Inglaterra encontraron que cada 30 segundos una mujer recibió un tweet tóxico.

Como en la “vida real”, en internet la violencia hacia las mujeres toma distintas formas: desde amenazas de violencia física o sexual, el acoso dirigido o “trolleo”, la difusión de fotos o documentos privados sin consentimiento y el abuso verbal sexista y misógino.

En Argentina, la violencia digital lleva unos años cambiando de piel: en 2017, más del 70% de las consultas que recibía la organización Activismo Feminista Digital eran sobre difusión no consentida de material íntimo. “Hoy es al revés; hay sólo un 25% de casos de difusión de material y un 75% de consultas por acoso digital”, explicaron desde esa organización al diario argentino Popular.

Los efectos de la violencia online no desaparecen cuando cerramos la computadora o apagamos el teléfono. Amnistía le preguntó a las mujeres cómo impactaron en sus vidas estas agresiones: una de cada tres dijo que tuvo ataques de pánico, que perdió la confianza en sí misma o que tuvo miedo a salir de su casa.

“La violencia de género repercute en el desempeño en la vida pública de las mujeres y, en un sentido más específico, en el ejercicio de sus derechos políticos”, explica el informe.

El objetivo del acoso es claro: los trolls del mundo quieren que las mujeres lo pensemos dos veces antes de expresarnos en redes.

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