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Primero llegó la competición por introducirse el máximo de monedas en las clavículas. Después vino el desafío de medirse la cintura con trozos de papel de tamaño din A4. Y más adelante se popularizó el reto de la rodilla del iPhone con el que solo era posible sostener el teléfono si se estaba lo suficientemente delgado. Estos retos son tan absurdos como preocupantes, sin embargo, todos han conseguido hacerse virales.
El último desafío que está circulando por las redes sociales se llama Earphones Waist y también tiene mucho que ver con la obsesión por la delgadez de la cultura china. El reto nació a partir de una cuenta de noticias llamada Toutiaoxinwen que desde la plataforma social Weibo propuso a su audiencia intentar rodear su cintura con el cable de los auriculares. ¿El objetivo? Demostrar que su flaqueza entra dentro de los estándares de belleza de la sociedad.
"Para descubrir cuánto peso has ganado mientras holgazaneabas en casa, comprueba cuántas vueltas puedes llegar a dar con tus auriculares alrededor de la cintura y etiqueta a tus amigos para hacer este reto juntos", decía la publicación.
Desde entonces, este post ha acumulado casi 75 mil me gusta y más de 6.000 comentarios. Algunos usuarios se lo han tomado a broma, con comentarios como “dame unos auriculares de 10 metros y lo probaré” o “lo siento, pero solo uso bluetooth”. Otros se han sumado al desafío en una preocupante obsesión por demostrar que sus cuerpos seguían a la perfección estos estándares mientras que también los hay que han mostrado su angustia por no conseguir superar el reto.
La obsesión por la delgadez es una condición extendida en todas las culturas pero según los estándares chinos, tener unos kilos de más puede llegar a considerarse una vergüenza. No lograr controlar tu peso es sinónimo de no controlar tu vida. Incluso existen proverbios chinos al respecto, como el inquietante “puedes estar flaco o estar muerto”. No es de extrañar, entonces, que un inocente reto se transforme en un desafío totalmente dañino para nuestra salud mental.
