Cuando te miras al espejo, tú también ves un pene gigante

Futbolista, actor y poeta, Éric Daniel Pierre Cantona es un personaje inclasificable. Un extraño revolucionario que cuando se mira al espejo se ve a sí mismo como un enorme falo. Si éste representa su igualmente enorme fama, el inevitable ego o la consciencia de una masculinidad en crisis, no lo sabemos. Porque sobre su mundo interior solo llegamos a atisbar lo que Cantona nos deja ver en los pequeños garabatos y esquemas que dibuja en su libreta y que ahora publica como The notebook. Los dibujos del Rey —así lo apodaban— son una reflexión crepuscular sobre el éxito y las oportunidades, sobre la grandeza y el fracaso, sobre el peligro de llevar una corona en la cabeza, sobre el miedo a que esta se caiga.

Sus pensamientos –ese género literario tan francés– son de trazo incierto y asimétrico, un reflejo de todas aquellas inseguridades que cómo figura pública nunca había podido mostrar. De Cantona conocíamos muchas más cosas que su leyenda como futbolista del Manchester United, es cierto. Conocíamos al luchador antisistema que clamaba por provocar un apocalipsis bancario. Conocíamos al actor que se prestó a colaborar con Ken Loach. Conocíamos a un personaje comprometido políticamente, incluso con la cuestión catalana. Pero en este trabajo casi psicoanalítico –Cantona purgando su propio inconsciente a través del arte– nos desvela una vertiente mucho más íntima y humana: la persona que está detrás de ese sonoro nombre, Éric Daniel Pierre Cantona. El Rey que teme a su corona.

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Por ahora, el libro se publica en francés y en inglés, pero sus reflexiones son tan plásticas que no necesitan traducción.