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Artículo La historia de esta mujer demuestra que congelar óvulos no es lo que te han contado Now

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La historia de esta mujer demuestra que congelar óvulos no es lo que te han contado

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Bridgette Adams se hizo famosa por congelar sus óvulos, el problema llegó cuando intentó utilizarlos

A.P.G.

29 Enero 2018 12:33

Brigitte Adams apareció hace cuatro años en la portada de Bloomberg Businessweek junto a un sugerente titular: “Congela tus óvulos, libera tu carrera”. Ella lo había hecho a finales de su treintena. Adams se encontraba en ese momento soltera y trabajaba para importantes empresas tecnológicas. Decidió que la congelación daría una tregua a su reloj biológico y, mientras tanto, podría seguir progresando laboralmente.

Cuatro años después de aquella portada, la noticia es otra: Adams, que ahora tiene 45 años, está intentando usar sus óvulos congelados sin éxito. No se queda embarazada. De los once óvulos descongelados, todos han fallado.

Brigitte Adams en la portada de Bloomber Businessweek

Dos óvulos no sobrevivieron el proceso de descongelación. Tres más no llegaron a fertilizar. Cinco embriones fallaron porque sufrían algún tipo de anomalía. El último fue implantado en su útero. Pero también falló.

“Fue uno de los peores día de mi vida. Sentía muchas cosas y me sentía muy triste y enfadada. También me sentía avergonzada”, explica Adams al Washington Post, cuyas probabilidades de ser madre biológica ahora se han vuelto a reducir prácticamente a cero. El proceso de congelación —que, en su caso, ahora se ha demostrado fallido— le costó en su momento cerca de 19.000 dólares.

Las amigas de Adams se encuentran en situaciones muy parecidas y denuncian que pocas veces se cuenta la “segunda parte de esta historia”, esto es, cuando las mujeres se enfrentan a los problemas reales a la hora de descongelar esos óvulos. Se calcula que una mujer con 10 óvulos congelados de 36 años tiene una probabilidad de quedarse embarazada de entre el 30 y el 60 por ciento.

Las probabilidades de éxito se reducen drásticamente a medida que la mujer es cada vez mayor. Los expertos aseguran que las probabilidades varían tanto que es “casi imposible predecir el resultado según los datos que tenemos actualmente”.

Lo que sí es cierto es que las empresas privadas de congelación de óvulos no siempre informan de las sombras de este proceso. Es una cuestión de márketing. El diario Washington Post recupera en un reportaje la historia de Adams y las de otras mujeres que están haciendo frente a esta situación. De las cuatro mujeres que figuran en el reportaje, la mitad ha logrado tener hijos y la otra mitad no.

“Es necesario mayor diálogo y comunicación con las mujeres sobre lo que pueden ser y no son responsables. Toda tu vida te han dicho que tienes el control sobre la natalidad y si no puedes te culpas a ti mismo”, explica James A. Grifo, experta en fertilidad, en el Washington Post. “Esa idea es completamente falsa”.

Conviene remarcar estos testimonios en un momento en el que esta técnica es cada vez más popular, e incluso algunas empresas como Apple o Facebook las fomentan entre sus empleadas.

Esta medida, además, de machista, alimenta la idea neoliberal de que la mujer debe dedicar sus años más activos a la producción de capital. Por otro lado, mientras no exista una igualdad material entre hombres y mujeres y no se fomenten políticas de paridad en las empresas, cualquier recomendación que venga de fuera y que tenga que ver con el control de nuestros cuerpos merece ser observada con recelo.

En Estados Unidos, la Sociedad para la Tecnología Reproductiva Asistida estima que el número de mujeres que pueden permitirse congelar sus óvulos se ha disparado: de 475 en 2000 a 8.000 en 2015.

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