El autor del atentado vive desde hace 16 años en Estados Unidos y se había radicalizado solo hacía unos meses por Internet
Akayed Ullah era chófer y vivía desde hace años en Brooklyn. Sus vecinos lo describían como “un buen tipo”.
Lo que ellos no sabían es que esta persona normal se había radicalizado en los últimos meses. Y que planeaba un atentado suicida en pleno centro de Manhattan. Ayer por la mañana Akayed Ullah, de 27 años, salió de casa con una bomba casera atada al torso con velcro y bridas. Un dispositivo explosivo de baja tecnología que se ponía en marcha con luces de navidad, fósforos y una batería de 9 voltios. Y que afortunadamente falló cuando Ullah lo detonó alrededor de las 7 de la mañana en un pasillo del metro que conecta la estación terminal de autobuses y las líneas que bajan por la octava avenida con la boca de metro de Times Square.
El atentado suicida fallido dejó cuatro personas heridas en la explosión: el propio Ullah que sufrió quemaduras en el torso y manos y otros tres pasajeros que sufrieron “zumbidos en el oído y dolores de cabeza”, informaba el departamento de bomberos de Nueva York.
Tras el caos de las primeras horas, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se pronunció al respecto: “Esto fue un intento de ataque terrorista, no se conocen incidentes o actividades adicionales pero se incrementará la presencia policial”.
Por su parte, Andrew Cuomo, el Gobernador de Nueva York, definió el ataque al metro como “aterrador e inquietante”. "En muchos sentidos, una de nuestras peores pesadillas. Esto es Nueva York, en realidad somo un blanco para aquellos que quieran hacer una declaración en contra de la democracia y la libertad”, explicó el Gobernador. “Tenemos la Estatua de la Libertad en nuestro puerto. Cualquiera puede acceder a Internet y descargar basura y vileza, cómo armar un dispositivo explosivo de nivel amateur, y esa es la realidad con la que vivimos", añadió.
Un policía en el lugar del suceso
Mensajes conciliadores y a favor de la paz que fueron desplazados por la verborrea y el odio de Donald Trump. El presidente aprovechó una vez más para lanzar un alegato en contra de la inmigración. El autor del atentado frustrado es un migrante con residencia legal desde 2001 que se radicalizó ya en Estados Unidos y que no tenía antecedentes por terrorismo. Sin embargo, nada de esto le sirvió al republicano para ablandar su postura antimigratoria. En un comunicado público, el presidente Trump pidió un endurecimiento de las leyes de extranjería que pusieran fin a la reagrupación familiar, método por el cual este hombre pudo entrar al país.
“El intento de asesinato masivo en Nueva York, el segundo en la ciudad en dos meses, nos alumbra otra vez sobre la necesidad de poner en marcha reformas legislativas que protejan al pueblo americano. Primero y ante todo, como llevo diciendo desde que anuncié mi candidatura presidencial, América tiene que arreglar un sistema migratorio que permite a demasiada gente peligrosa acceder a nuestro país. El sospechoso del atentado de hoy entró en nuestro país a través del reagrupamiento familiar que es incompatible con la seguridad nacional”, explicó el mandatario.
Y añadió: “el terrible daño que este sistema defectuoso inflige a la economía y seguridad americanas es demasiado evidente y estoy determinado a mejorarlo para poner a nuestro país y nuestro pueblo primero”.