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Artículo El aborto en Argentina tendrá que ser ley Now

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El aborto en Argentina tendrá que ser ley

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El Senado tumba la ley por el aborto seguro, gratuito y legal. Pero es cuestión de tiempo que el aborto sea ley

anna pacheco

09 Agosto 2018 11:38

El aborto no será ley en Argentina. Porque así lo ha decidido su Senado, una cámara formada por 72 representantes con una media de edad de 57 años, mayoritariamente varones que nunca tendrán que abortar. Una cámara en la que tan solo hay cuatro mujeres menores de 40 años. Porque así lo han decidido quienes deciden desde el privilegio. Y desde la seguridad de que si, alguna vez, alguna de sus hijas o amigas tiene que abortar, podrá hacerlo de forma clandestina pero segura. Porque las ricas abortan, pero las pobres mueren. Porque el aborto es, también y sobre todo, una cuestión de clase. El aborto no será ley porque así lo decidieron ellos.

Mientras tanto, en las calles, en los comercios, en los institutos y universidades se oye el clamor de miles de mujeres argentinas. Mujeres de todas las edades, y muchas especialmente jóvenes. Estos meses, se ha preparado una revolución —la del pañuelo verde— que ha permeado en las escuelas de secundaria y en las hijas y nietas que han llevado el feminismo a casa en mitad de la comida o explicando a papá por qué ahora le toca a él fregar.

Para ellas el aborto tendrá que ser ley. Porque socialmente el aborto ya es legal. Porque esto no va de abortar o no abortar. El debate no es aborto vs. vida. El debate es aborto vs. clandestinidad.

“La política representativa ya no puede representar a las jóvenes porque valla su ingreso a la política y valla su grito, su goce, su orgasmo, su miedo, sus demandas y sus deseos. Esa valla se rompe o se rompe la política”, relataba la periodista Luciana Peker en su columna en Página 12. Y la valla no se rompió ayer. Pero será cuestión de tiempo porque el aborto tendrá que ser ley en un estado laico.

Los resultados de ayer ponen de manifiesto una brecha generacional insalvable entre una generación —religiosa, tremendamente conservadora— que aboga por mantener una ley de 1921. Y otra generación que está creciendo y naturalizando conceptos como autonomía de nuestros cuerpos, derecho a decidir, patriarcado. La segunda no tiene poder. Por ahora. La distancia entre esos dos mundos ayer se antojaba más insalvable que nunca. Dentro de esa cámara quien restringe, limita y nos privada de nuestra libertad. Afuera, el resto, a la espera.

Hasta el año 2019 las argentinas no podrán volver a tramitar la ley por el aborto legal, seguro y gratuito. Pero pese a la derrota frustrante, las argentinas ayer ganaron. “Ganamos, a los fundamentalismos, porque quedó en evidencia y en cuestión el sostenimiento del culto católico por parte del Estado y la pretensión de la jerarquía eclesiástica de influir sobre las políticas públicas sanitarias y educativas”, relataba en este texto la periodista Mariana Carbajal. Al pañuelo verde se suma ahora el pañuelo naranja para reclamar la separación necesaria y urgente entre Iglesia-Estado. Ayer las jóvenes cantaban:

Si el Papa fuera mujer

el aborto sería ley

Ganaron porque el debate ya está en las calles y eso es irreversible. Porque el #YoAborté está dejando de ser tabú. Porque ya no están solas. El mundo las sigue mirando. Será ley porque las adolescentes de las calles de hoy serán futuro mañana. Será ley, tendrá que ser ley, y su conquista será de todas.

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