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Artículo Una escort de nombre “Pececito”: ¿el eslabón perdido en la trama rusa? Now

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Una escort de nombre “Pececito”: ¿el eslabón perdido en la trama rusa?

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Nastya Rybka/Instagram
 

5 personajes: un oligarca amigo de Manafort, el padre de la política rusa, Putin, un opositor y una escort que ha acabado en una prisión de Tailandia. Esta es la historia que los uniría a todos ellos.

Margaryta Yakovenko

02 Marzo 2018 10:39

Un oligarca ruso conoce a una escort veinteañera en una fiesta. Queda con ella un par de veces y la invita a un yate privado a dar una vuelta por aguas noruegas. Al mismo yate también invita al viceprimer ministro de Rusia. Hablan de política, de las relaciones de su país con EEUU. El material llega a manos del principal opositor de Vladimir Putin que acusa al viceprimer ministro de aceptar sobornos. El viaje se hace público, también fragmentos de las conversaciones. ¿Quién es el gran perdedor de la historia?

1. ¿Oleg Deripaska, el oligarca casado que contrata servicios de prostitutas?

2. ¿Sergei Prikhodko, el viceprimer ministro que lleva trabajando para el gobierno ruso desde la existencia de la URSS y que ahora resulta que acepta sobornos de empresarios?

3. ¿Alexei Navalny, el opositor que ha sacado toda la trama a la luz en un vídeo que ya han visto 6 millones de personas?

4. ¿O Nastya Rybka, la escort que escuchó lo que no debía, grabó lo que no debía y cometió el tremendo error de compartirlo en sus redes sociales?

Bingo. En estos momentos, Rybka (pececito en ruso) está entre rejas en una cárcel tailandesa pidiendo ayuda a los periodistas de EEUU porque teme por su vida. “Rusia se ha metido en el reino de Tailandia en el que la policía teme este asunto y teme involucrarse con nosotros. Y el servicio de inmigración de Tailandia danza con la música rusa y simplemente nos matarán si Tailandia nos deporta a Rusia”, ha escrito en su Instagram.

Nastya Rybka's massage to Vladimir Put in. " We're being transported to another prison again. To Bangkok. They don't explained WHY. This is the 3rd prison. After "being released" on bail. Thanks to all journalists for their help and phone so we can film it. Our first officials of the state still hadn't been taught how to ask for a date " Nastya Rybka informed. Обращение Насти Рыбки к Владимиру Путину. «Нас снова перевозят в другую тюрьму. В Бангкок. Зачем не объясняют. Это уже третья тюрьма. После «выхода» под залог. Спасибо журналистам за помощь и телефон чтобы это снять. Наши первые лица государства так и не научились назначать свидание. » передала Настя Рыбка!

Una publicación compartida por Настя Рыбка (@nastya_rybka.ru) el

Antes de temer por su integridad, Rybka se dedicaba al próspero negocio de las escorts de lujo en Moscú, a colgar fotografías en su Instagram con sus conquistas masculinas y a promocionar lo máximo posible su libro Cómo seducir a un billonario, publicado en 2016. También realizaba actividades políticas como protestar desnuda junto a 4 compañeras más frente a la embajada estadounidense de Moscú pidiendo el fin de la “caza de brujas” a Harvey Weinstein, y colgar un vídeo en sus redes con una advertencia inusual a Alexei Navalny: “Una de nosotras te encontrará, te follará y lo publicará en redes sociales”.

Si el opositor no estaba nada acostumbrado a este tipo de intimidaciones, que suelen ser bastante más violentas e incluso provenir de las fuerzas de seguridad, ojiplático se quedó cuando cuatro chicas vestidas con tacones, minifaldas y bragas de látex irrumpieron en su sede electoral. Eran, por supuesto, compañeras de Rybka, activistas y performers vestidas con disfraces sexis de agentes de seguridad. Fueron expulsadas de la sede pero Navalny no pudo olvidar la experiencia y comenzó una investigación tratando de averiguar si habían sido mandadas por algún tipo de servicio especial de Vladimir Putin.

Durante las pesquisas topó con Rybka, su amenaza, y con algunas fotografías comprometedoras del cincuentón millonario Oleg Deripaska en actitudes relajadas acompañado de la escort. La sorpresa fue mayúscula. Deripaska no es presa fácil, más bien es un depredador con un patrimonio de 6.000 millones de dólares. Presidente de la Compañía Unificada RUSAL, la empresa de aluminio más grande del mundo, el oligarca se llevó una buena mordida con los contratos de adjudicación de los Juegos Olímpicos de 2014 en Sochi. También fue el encargado de contratar a Paul Manafort, exjefe de la campaña de Donald Trump y experimentado lobbista, para ayudar a los intereses del presidente ruso. Rybka quizá no lo supiera, pero había pescado una buena pieza.

Navalny vio que el puzzle empezaba a encajar. Los medios estadounidenses llevan meses buscando pruebas para implicar a Putin en la victoria de Trump y ahora de pronto las fotografías de una escort demostraban que el enlace era claro. Pero más evidente fue cuando el opositor dio con un video colgado por la propia Rybka en el que disfrutaba de un paseo en yate con Deripaska y un personaje más: Sergei Prikhodko, más conocido en la política rusa como Papá.

Tras las anchas espaldas de Papá reposan años y años de servicio al Gobierno. Desde su puesto de diplomático en los años ochenta en Checoslovaquia hasta los de Jefe Adjunto de la Administración Presidencial, Asistente del Presidente Putin, Primer Jefe Adjunto del Gobierno de la Federación Rusa, Jefe interino del Gobierno y ahora, viceprimer ministro de Rusia.

La pregunta más evidente era: ¿qué hace un político de tal rango con un magnate y una prostituta en un yate? O dicho de otra manera: ¿no es esto una prueba evidente de corrupción?

Deripaska y Prikhodko son amigos desde hace años. Y como amigos tienen el derecho de encontrarse donde quieran y con quien quiera. Pero hay un pero: navegar en yate por aguas noruegas a las que habías llegado en avión privado desde tierras rusas se puede considerar un regalo; sin embargo, es un regalo carísimo y los funcionarios rusos tienen prohibido aceptar regalos de más de 3 mil rublos, menos de 50 euros.

Si un funcionario no demuestra que se pagó el viaje con su propio dinero, se puede considerar que es un soborno, tal y como sostiene Ilya Shumanov, director general adjunto de Transparency International Russia. Sin embargo, aunque Papá demuestre que se pagó él solo su viaje, su amistad con un oligarca podría seguir considerándose conflicto de intereses.

Pero si además en ese viaje te dedicas a exponer las razones por las que Rusia y EEUU no tienen buenas relaciones, o a citar personajes como Victoria Nuland, queda claro que estás en ese viaje compartiendo información con un propósito o al menos dando a entender que tu amigo y tú sabéis lo que hay que saber sobre alta política.

Tras la difusión del vídeo en el que Navalny revelaba los secretos de Rybka, Deripaska y Prikhodko, el organismo estatal Rozkomnadzor, vigilante de los medios de comunicación, decretó la censura del vídeo del opositor en todas las plataformas en las que había sido distribuido. Además, Deripaska demandó a Rybka por archivar fotos y grabaciones de conversaciones y luego publicarlas en redes sociales. Según él, "no hay duda de que las fotografías publicadas originalmente y la divulgación de los detalles de la vida privada se hicieron con interés comercial, con el fin de promover el libro de Nastya Rybka".

La reunión del tribunal debería haberse reunido el 28 de febrero pero esto no ocurrió porque resulta que desde el día 25 Rybka está detenida en una cárcel tailandesa después de haber viajado al país para impartir un curso sobre “entrenamiento sexual”.

Como la escort está a la espera de un juicio, Rusia puede solicitar su deportación en cualquier momento, que es lo que ella teme precisamente. Desde el 25 de febrero Rybka ha pasado por 3 prisiones distintas, según denuncia en sus Instagram, y ha pagado la fianza que le pedían pero ni aún así ha sido puesta en libertad. Asegura que todo el proceso es una prueba de que Rusia quiere acabar con su vida por lo que sabe y pide a los medios estadounidenses que contacten con ella. "Soy el único testigo y el eslabón perdido en la intromisión rusa en las elecciones de EE. UU. A cambio de la ayuda de los servicios secretos estadounidenses, estoy dispuesta a proporcionar la información necesaria a América o Europa o cualquier país que me libere de la prisión tailandesa", sostiene en una de sus publicaciones.

Y también manda un mensaje apuntando a los que considera directamente culpables de su aprisionamiento: “Un cuento sobre cómo Oleg, Papá y Volodia (diminutivo de Vladimir) pescaron un pececito dorado y lo metieron a una jaula en Tailandia y ahora lo arrastran a Rusia”. Un cuento sobre cómo puede acabar el seducir a un billonario equivocado.

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