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Un hombre ha denunciado que un grupo de policías que iban de paisano agredió en la noche del domingo a su sobrino, un joven de 17 años nacido en Melilla. Este menor de origen magrebí que permanece en el Hospital Comarcal tuvo que ser atendido por varias contusiones en todo el cuerpo.
En la denuncia, el hombre relata que se pasó toda la tarde pescando y paseando por la zona del Puerto Noray y que sobre las 00:15 horas le dijo a su sobrino y a otros tres amigos suyos que se fueran a casa.
Minutos más tarde, uno de los amigos de su sobrino se acercó y le contó que le estaban pegando entre varias personas.
Tras el incidente, la Dirección General de la Policía ha abierto expediente disciplinario a los 5 agentes del Cuerpo Nacional de Policía implicados en la agresión y detención del joven melillense.
Durante la paliza le gritaban "puto mena de mierda" -como se conoce a los niños no tutelados que viven en Melilla tras huir de Marruecos-, pero el chico tiene nacionalidad española, al igual que toda su familia. Cuando su tío llegó al parking donde se produjo la agresión, vio como cuatro personas le habían inmovilizado y otras 3 le sacudían mientras pedía a socorro, hasta que un agente le agarró del cuello impidiendo que pidiera auxilio.
El tío se bajó del coche e intentó parar la agresión, pero 2 agentes amenazaron con golpearle, así que fue personalmente a la Jefatura de Policía para avisar de lo que estaba pasando.
La agresión duró unos 10 minutos y tuvo que acudir la ambulancia por las lesiones que había sufrido el chico. Por si fuera poco, le llevaron al hospital esposado en un furgón policial y la ambulancia atendió a los agentes.
En la denuncia se explica que al llegar al lugar el furgón policial y un vehículo de la Guardia Civil, se identificó a los agresores, resultando estos "miembros de paisano del Cuerpo Nacional de Policía, fuera de servicio, que estaban tomando copas" y que "al ver que eran policías, los guardias civiles se marcharon dejando el asunto en manos de la Policía".
Finalmente, el parte de lesiones del joven hace mención a la mandíbula -en el momento en el que se interpuso la denuncia, el chico no podía mover la boca ni hablar-, fosas nasales, zona orbital, brazo, pabellón auditivo con pérdida de audición y lesiones musculares.
A los agresores se les acusa de un delito de lesiones y otro de odio, con agravantes como ser policías en activo del Cuerpo Nacional.
