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¿Golpe de estado o cambio progresista? 107 millones de pakistaníes eligen primer ministro

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Sangre y corrupción manchan las terceras elecciones democráticas del país

Rosa Molinero Trias

25 Julio 2018 17:56

Ángeles y aliens protagonizan hoy las elecciones de Pakistán. Parece un relato de ciencia ficción, pero se cree que un golpe de estado que se ha ido desplegando con sigilo. O, por lo menos, eso piensa parte de la prensa internacional y nacional, que sostiene lo siguiente: el ejército, el cuerpo judicial y el servicio de inteligencia pakistaní (ISI) está haciendo todo lo posible para que Imran Khan, del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), se lleve la victoria al caer la noche.

Imran Khan

La BBC titulaba “Las elecciones de Pakistán despiertan el miedo a un ‘golpe de estado progresivo'” y esa misma versión era apoyada por el exprimer ministro, Nawaz Sharif, cuyas actividades ilícitas aparecen en los papeles de Panamá y en el caso Avenfield y por las que ha sido condenado a 10 años de cárcel. Él fue quien acuñó los términos de “ángeles” y “aliens” para referirse a los militares y al servicio de inteligencia, respectivamente. Pese a esto, la popularidad del político y magnate del acero es tal que su partido, la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), es uno de los tres favoritos, con Shehbaz Sharif a la cabeza, hermano de Nawaz y actual presidente del Punjab desde 2013.

Shehbaz Sharif

El otro candidato en disputa por el gobierno del país, Bilawal Bhutto Zardari, del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), fundado por la asesinada Benazir Bhutto y afiliado a la Internacional Socialista, cree que los rumores de “ingeniería política” destinada a afectar los resultados de las elecciones también son ciertos.

Bilawal Bhutto Zardari

“El nivel de injerencia del ejército y la ingeniería política que se está llevando a cabo no tiene precedentes”, señalaba la Human Rights Comission of Pakistan.

Sin embargo, los partidarios del PTI ven en su candidato (y antiguo capitán de la selección pakistaní de criquet) el cambio que tanto esperan las generaciones más jóvenes. Las ideas del programa Change Pakistan para establecer un estado del bienestar, promover la libertad de pensamiento y acabar con la discriminación religiosa son vistas con simpatía y como un paso hacia delante para el país. Y, sobre todo, para terminar con la corrupción endémica que se percibe como uno de los grandes males del Pakistán desde su independencia del Reino Unido en 1947.

La dificultad para conocer la realidad de la política pakistaní es ALTA. Pero si algo se sabe a ciencia cierta es que Khan es cercano a los militares y de ellos se puede decir, tal y como señala Christine Fair, experta en el país, “que si otros países tienen ejércitos, el Ejército Pakistaní tiene un país”. ¿La razón? Existe la creencia que la justicia siempre está de acuerdo con el ejército, y el ejército siempre (incluso en el caso de Nawaz) intenta influir en los resultados electorales a través de la censura de los medios o la coerción y las amenazas a miembros de partidos que no interesan, tal y como han denunciado en esta ocasión desde el PML-N.

Nawaz Sharif

Hoy han sido citados a las urnas 107 millones de pakistaníes que se registraron para votar (de los 207 millones de habitantes que tiene el país). Gane quien gane este tercer gobierno democrático, la jornada de hoy será recordada por dos hechos.

Por un lado, las candidaturas de Nayyab Ali, Nadeem Kashish, Maria Khan, las transgénero que se han presentado para ocupar un escaño en el parlamento pakistaní y así representar a los hijra o khawaja sira, la comunidad transgénero, que todavía hoy lucha por conseguir un acceso igualitario a servicios básicos como la educación y la sanidad, así como a un trabajo digno, a pesar de que en mayo se legislara a su favor.

AFP

Y, por el otro, la violencia inusitada que se ha vivido durante todo el período electoral. ISIS reivindicaba hoy el un ataque suicida cerca de un colegio en Quetta, capital de Balochistán, que ha dejado 31 muertos y más de 20 heridos. En Mastung, también en Balochistán, murieron 149 personas y 189 más resultaron heridas fruto de otro ataque suicida con bomba en un mítin del Partido Balochistan Awami, que en esta ocasión se adjudicaron los talibanes pakistanís de Tehreek-e-Taliban. Y así hasta llegar a los 120 ataques que han ocurrido en las seis semanas anteriores a las elecciones, que han dejado cerca de 200 muertos y 700 heridos según el Pakistan Institute of Peace Studies.

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