El plan más ambicioso del siglo de la agencia espacial también prevé que pisaremos Marte para 2030
Coincidiendo con las festividades del 60 aniversario de la NASA se preveía que el nuevo Informe de la Campaña Nacional de Exploración Espacial iba a venir con muchas sorpresas, pero la realidad ha superado las expectativas. Su nuevo reporte de 21 páginas, con el encabezado “Abriendo una Nueva Era”, hizo oficial un secreto a voces en la Casa Blanca y el Congreso: EE.UU quiere liderar la conquista de Marte vía la Luna, o en otras palabras, la agencia espacial quiere tener astronautas viviendo de forma permanente en la Luna en 10 años como campo de pruebas para conquistar Marte en la década de 2030.
Gráfico de la NASA
Los nuevos objetivos de la NASA dejan claro que el camino más corto para llegar a Marte pasa por la Luna. Esta vez la idea no es un simple alunizaje y vuelta a casa. El regreso de los astronautas norteamericanos a la Luna se pretende que sea “una campaña sostenida de exploración y utilización” como demostración fiable de “las capacidades requeridas para las misiones humanas a Marte y otros destinos”. Hay muchas incógnitas en el plan, y una de ellas es si los científicos pueden encontrar una manera de mantener a los astronautas a salvo de los muchos peligros del espacio.
A nivel científico, hay más optimismo que realidades. El arriesgado plan que la NASA ha presentado, se sustenta únicamente en el éxito de las fases previas. Es decir, si no se logra una colonia permanente en la Luna y que una nave pueda aterrizar en el Planeta Rojo y volver a la Tierra, todo se retrasaría enormemente. Por ejemplo si la Misión a Marte 2020 en la que un rover o vehículo espacial recolectará y analizará muestras de la superficie de Marte no tiene éxito, sería inviable empezar a redactar un presupuesto solicitando una misión tripulada para 2030.
Misión Marte 2020
Lo que ya es una realidad es que la NASA finalmente volverá a la Luna, pero esta vez para quedarse. El plan empieza por lanzar 13 satélites a la órbita terrestre para aprender a preparar mejor las cargas útiles de un viaje espacial, ya sea a la Luna, Marte o más allá. Una vez que esos satélites estén en órbita, la NASA espera usar lo que se ha aprendido para poner a los astronautas en órbita lunar en junio de 2022. En solo 4 años.
Será en esas fechas cuando el objetivo pasará a ser mayor: sobrevivir a las noches lunares y poder asegurar operaciones en partes umbrías de la superficie lunar. Para todo esto se requieren trajes espaciales de próxima generación. Algo aún por concretar con detalle.
Pero el nuevo y ambicioso plan de la NASA tenía un tono diferente respecto a otras comparecencias más austeras del pasado. Esta vez el patriotismo aparece entre líneas y una nueva carrera espacial asoma la cabeza: “China, India, Rusia, Japón, Corea del Sur, Israel y varias naciones europeas han iniciado misiones para enviar naves espaciales a la órbita lunar y a la superficie de la Luna. En 2013, China demostró una exitosa misión de aterrizaje y hoy está preparando una misión pionera al otro lado de la Luna. Existen oportunidades y desafíos en nuestro camino hacia Marte. América ha sido un líder insuperable hacia el Planeta Rojo. Las naves robóticas estadounidenses son las únicas en la historia que aterrizan con éxito en Marte”.
La preocupación de la NASA es comprensible: Rusia anunció en marzo que su agencia espacial está planeando misiones no tripuladas a la Luna para 2019 y la agencia espacial china y la europea están colaborando en un plan para desarrollar un pueblo lunar aunque de momento sin fecha de construcción.
¿Se arriesga la NASA anunciando que tendrá astronautas viviendo en la Luna en 2020 para conquistar Marte en 2030? En uno de los gráficos que acompaña el nuevo informe aparecen las misiones y, como gran novedad, publica fechas muy concretas hasta 2026. Adherirse a esta línea de tiempo supondrá una gran carga de presión para la agencia espacial.
Timeline de las futuras misiones de la NASA
Pero por otro lado, además de la batalla patriótica la NASA sabe que tiene que ganarle la batalla a las empresas privadas que ya ofertan viajes a la Luna para 2019. O al menos tiene que llevar a cabo misiones extraordinarias para demostrarle a los estadounidenses a dónde va el dinero de sus impuestos.
