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Macri pide un rescate al FMI y los argentinos anticipan lo peor

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El acuerdo de 50 millones de dólares de rescate del FMI podría traer más inflación, menos trabajo y más conflictividad social

A.P.G.

08 Junio 2018 12:52

Argentina vuelve a verse las caras con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este es otro episodio más en los 60 años de historia que unen al país sudamericano con el fondo internacional. Y las negociaciones y los acuerdos no siempre han sido fáciles.

Este viernes el Gobierno de Mauricio Macri ha oficializado el acuerdo de rescate con el FMI de 50.000 millones de dólares. Un acuerdo que ya se fraguó hace un mes cuando Macri pidió apoyo financiero personalmente a la presidenta del FMI, Christine Lagarde. Ahora que el acuerdo ya es un hecho, muchos argentinos, y los partidos de izquierda de la oposición, esperan con recelo y pesimismo los efectos colaterales de este rescate que, como siempre, acabará repercutiendo de algún modo en la ciudadanía.

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El diario Clarín lo avanzó: el dinero del FMI implica una esperable contraprestación. “Solicita que el país llegue al equilibrio fiscal en 2020”. O lo que es lo mismo: el ajuste fiscal en un año será de 1,5 puntos porcentuales y pasará de 2,7% del PBI a 1,3% del PBI.

"Para 2019, la meta de reducción del déficit fiscal es ambiciosa, que es lo mismo que decir que el ajuste será brutal” (Raul Dellatorre, Página 12)

“En esa proyección, los primeros seis meses vendrán teñidos por una inflación fuerte, dólar en alza y un estancamiento económico con tendencia a la recesión. Para 2019, la meta de reducción del déficit fiscal es ambiciosa, que es lo mismo que decir que el ajuste será brutal”, predecía el economista argentino Raul Dellatorre en una columna titulado Blindados y al Fondo. Una opinión que comparten cuatro expertos también consultados por el diario Página 12, diario de corte progresista, quienes coinciden en señalar que se espera la triada infernal: niveles más altos de inflación, menos actividad y mucha conflictividad social.

Las consecuencias del acuerdo con el FMI, aseguran sus detractores más férreos, pero también buena parte del a población, pueden ser devastadoras para la economía del país y, sobre todo, para la clase trabajadora. El historial de crisis de Argentina de los últimos años también da buena cuenta de ello. El ajuste pactado con el Fondo Monetario afectará al nivel de actividad, a los salarios públicos y a las jubilaciones de los pensionistas. Este otro artículo de Clarín, diario más afín al gobierno de Macri, también admite que el ajuste obligará a “cortar obras del Estado, obligará a subir tarifas y atrasará salarios”. Aunque cree que es un mal necesario por el que hay que pasar.

Las provincias serán a su vez las más afectadas por el ajuste ya que verán reducidas las transferencias por parte del gobierno central.

¿No quedaba otra?

El Gobierno de Macri lo tiene claro y cree que hay que pasar por el acuerdo con el FMI para superar un periodo de “graves turbulencias” en la ya de por sí inestable economía argentina. Además, este llega, tal y como recuerda El País, después de “un mayo negro en el que el peso argentino perdió 22 puntos de su valor y las tasas de interés ascendieron hasta el 40%”. Macri también echa la culpa al gobierno anterior por su gestión de las cuentas públicas, que tachó de “desastre”.

El Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, citado en El País, declaró que el acuerdo “prevé unas cláusulas de salvaguardias social inéditas” en un intento de enviar un mensaje tranquilizador a la sociedad.

Peronistas, socialistas, partidos de izquierda y buena parte de la ciudadanía critican duramente al gobierno por pedir el rescate

En el otro bando, el del rechazo al FMI, se encuentra toda la oposición argentina, unánimamente unida. Peronistas, socialistas, partidos de izquierda e incluso algunos aliados políticos independientes han criticado duramente al gobierno por pedir el rescate. Todos creen que el blindaje del FMI tiene un coste social demasiado caro: empobrecimiento de las clases bajas y media. Varios políticos tuitearon sus críticas abiertas al gobierno de Macri. Agustín Rossi, líder peronista del Partido Justicialista-Frente para la Victoria, criticó que sí existen alternativas al FMI. Otros dirigentes, como la política de Frente Renovador, Cecilia Moureau, publicó una foto de Macri con Lagarde junto al texto: "Veo el futuro de repetir el pasado #FMI #Blindaje #Retroceso".

O la economista y diputada en la ciudad de Buenos Aires, Fernanda Vallejos (Unidad Ciudadana), quien criticó al gobierno de Macri por comprometerse con el FMI a dos años de las próximas elecciones en Argentina y condicionando a futuros y posibles gobiernos.

El gobierno de Macri también ha hecho frente a la amenaza de una huelga general por parte de uno de los principales sindicatos, la Confederación General del Trabajo (CGT). Estos amenazaban con parar el país en cuanto se hiciese oficial el acuerdo. Por el momento han logrado contener esta huelga; aunque no sabemos por cuánto tiempo.

Pactar con el FMI: ¿salvación o lastre?

Decíamos que esta no es la primera vez que Argentina estrecha la mano con el FMI. Este es otro capítulo más en un vínculo que dura más de seis décadas. Y que no siempre ha traído consigo todas las ventajas que se esperaban, ni mucho menos ha estado exentos de tensiones.

La historia se sitúa en el 1956 cuando Argentina ingresó en el organismo internacional. Los prestamos se repitieron en 1967, 1968, 1976, 1977, 1983, 1989, 1991, 1992, 1996, 2000, 2001 y 2002. Los dos últimos fueron los más brutales y los que mejor recuerdan las generaciones actuales. El solo nombramiento de las siglas de la organización despiertan temores y recelos entre la población argentina que aún recuerda como el rescate del los 90 les arrojó a una tremenda crisis económica en el 2001 que acabó en la pérdida de los ahorros en un corralito, la devaluación del peso en un 40% y una pobreza por encima del 50% de los ciudadanos

No salió de ahí hasta el 2006 cuando Néstor Kirchner pagó toda la deuda con el FMI precisamente para ganar independencia. En ese largo periodo de décadas y décadas de acuerdos con el FMI, los argentinos han vivido en permanentes negociaciones con este organismo, siempre sujetos a sus correspondientes imposiciones y ajustes.

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