Un adolescente de Virginia ha sufrido quemaduras de 3º grado tras entrar en contacto con la planta
Un adolescente de 17 años de Fredericksburg, Virginia, está actualmente recuperándose de varias quemaduras de segundo y tercer grado en sus brazos y piernas por entrar con una abrasiva planta conocida popularmente como perejil gigante. Tuvo suerte, podría haberse quedado ciego.
Alex Childress, que trabaja como jardinero en verano, cortó sin saberlo la peligrosa planta (cuyo nombre científico es Heracleum mantegazzianum). La planta cayó sobre su cara, pero él no le dio importancia y la cogió en brazos para llevársela. A la noche, cuando se metió en la ducha, Childress se percató de que su piel no estaba bien.
“Pensé que simplemente me había quemado con el sol, así que no le presté demasiada atención. Entonces me metí en la ducha y empecé a frotarme la cara. Pensé que era solo un poco de piel, pero de pronto grandes pedazos de mi cara estaban cayendo”, explicó en una entrevista a People.
Cuando le mostró las heridas a su madre, enfermera, ella rápidamente le enseñó una fotografía de la planta preguntándole si era como la que él había cortado horas antes. En cuanto él se lo confirmó, corrieron al hospital, donde los dirigieron a la unidad de quemados.
“Parecía como una abrasión por viento, como si mi piel estuviera cuarteada”, dijo a People. “Los médicos me tuvieron una hora en pie en la ducha frotando mi cuerpo con jabón para bajarme el PH. Tenía agua caliente corriendo por mis heridas abiertas, esa fue probablemente la peor parte. Esa o la del tratamiento para quemados en la que arrancaron la piel muerta”.
Según explicó la revista TIME, el perejil gigante apareció por primera vez el 1917. Cuando la planta entra en contacto con la piel o los ojos, humedad y luz solar, es capaz de llegar a generar daños permanentes, como cicatrices y ceguera.
Childress pasó dos días en cuidados intensivos, pero ya está de vuelta a casa. “Tengo que cambiarle las vendas cada día. Es doloroso, cada vez que las cambio supura. Mi brazo sangra porque la piel intenta curarse, es más de la mitad de mi cara y desde mi muñeca hasta la parte alta de mi bíceps en mi brazo derecho”, aclaró. “No me puede dar el sol de dos a seis meses, y mi piel será sensible a la luz de un año a dos”.
