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La decisión sirve también de herramienta de presión para combatir políticas estigmatizantes
19 Junio 2018 13:07
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado por fin un paso más para despatologizar la transexualidad. Este lunes presentó la nueva clasificación de enfermedades mentales y lo más destacable es que ha decidido retirar, por fin, la transexualidad como trastorno mental.
Este era un paso que ya se podía intuir: en febrero del año pasado, la propia OMS anunció que la transexualidad pasaría a llamarse “incongruencia de género”. El cambio de nomenclatura le ha servido para poder incluirla en un nuevo epígrafe titulado “condiciones relativas a la salud sexual”, concretamente en un subcapítulo denominado “trastornos de identidad de género”.
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De este modo, la ha retirado definitivamente de la lista de trastornos mentales, una demanda histórica por parte de los colectivos LGTBQI+ y altamente necesaria para combatir el estigma. Este cambio llega 28 años después de las despatologización de la homosexualidad, que tuvo lugar en 1990.
El movimiento es muy significativo, ya que con esta nueva clasificación la OMS admite que la transexualidad no es una enfermedad, pero sí una condición que puede alterar el estado de salud. Ya sea porque la persona quiere someterse a un tratamiento de reafirmación de género —aunque no siempre—, o bien por la afectación psicológica en pacientes debido a las violencias diarias transfobicas.
Reconociendo esto, la OMS ejerce como herramienta de presión: por un lado, para visibilizar y normalizar una condición natural del ser humano; y segundo, para implicar y motivar cambios en la administración pública. Desde programas de prevención de transfobia hasta programas gratuitos de reasignación de género, o asesoramiento o acompañamiento. La OMS es un organismo con credibilidad científica internacional y sus revisiones son importantísimas para cambiar y actualizar el pensamiento colectivo.
Pero el camino no acaba aquí. La conquista es relevante, pero cabe aspirar a más. Por ejemplo, acabar definitivamente con expresiones como “incongruencia” o “trastorno” —expresiones que aún se mantienen en la nueva actualización de la OMS— y apostar por otras más integradoras, y no discriminatorias, como "diversidades sexuales".
La CIE-11 se presentará en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2019 para su adopción por los Estados Miembros, y entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
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