"Los que sean italianos desgraciadamente nos lo tendremos que quedar" ha declarado
El ministro ultraderechista de Interior de Italia, Matteo Salvini, ha lanzado este lunes, una vez más, otra ofensiva de mensajes descaradamente xenófobos y discriminatorios hacia una parte de la población. El líder del partido de La Liga —el mismo que negó asilo a los más de 600 refugiados a bordo del Aquarius— ha cargado esta vez contra la población romaní italiana proponiendo un censo “especial” para gitanos. Sus declaraciones han pillado por sorpresa, incluso, a su socio de gobierno, Luigi Di Maio (M5S).
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"Es necesario hacer un reconocimiento para ver quién, cómo, cuántos son, algo que otras veces ha sido definido como censo. Hagamos un registro, una fotografía de la situación", ha manifestado en declaraciones para una radio local. Para rematar la infame propuesta ha agregado: “Los gitanos que sean italianos desgraciadamente hay que quedárselos”. La propuesta de Salvini, de corte protofascista, remite a las leyes raciales promulgadas por Mussolini en 1938 y que perseguían la expulsión de los judíos.
Incluso, la presidenta de la comunidad judía italiana, Noemi di Segni, denunció públicamente ayer la iniciativa, según recoge el Huffington Post Italia: "No hay búsqueda de consenso, ansia de orden público que pueda justificar la inquietante propuesta de crear categorías específicas de ciudadanos y de someterlos a políticas especiales de seguridad reservadas solo para ellos".
Salvini se ha intentado justificar la propuesta recurriendo a los estereotipos y prejuicios arraigados que, desde hace siglos, pesan sobre la población romaní, como la criminalidad, la delincuencia, el analfabetismo, etc. En realidad, todas estas situaciones no son causa de su exclusión, sino una consecuencia de las medidas represivas y persecutorias que desde el siglo XVI han cargado de forma sistémica sobre la población gitana.
La propuesta de Salvini supone más dinamita a la política de “mano dura” contra la migración que ha emprendido (y parece que solo irá a más) la coalición gobernante en Italia, formada por la Liga y el movimiento populista Cinco Estrellas.
En realidad, el antigitanismo ya formaba parte de la agenda de este partido, que incluía la voluntad de acabar con los campos de gitanos nómadas en los que residen cerca de 40.000 personas, tal como recuerda EFE. Esa misma agenda también obligaba a la escolarización de todos los menores bajo amenaza de separar a las familias.
Reacciones
Las de declaraciones de Salvini —quien, con sus declaraciones, se aproxima mucho a un trumpismo europeo— no han pasado inadvertidas y prácticamente todos los políticos y políticas, de corte diverso, han mostrado su repulsa frente a esta iniciativa.
Sorprende que, incluso, Luigi Di Maio, de Movimiento Cinco Estrellas, y su socio en el gobierno, ha afirmado que esa propuesta sería “inconstitucional” y le ha vaticinado muy poco recorrido a la medida.
De otra índole, también se han pronunciado Paolo Gentiloni, ex primer ministro de Italia, quien ha declarado que si primero fueron los refugiados, y ahora los gitanos, mañana serán “pistolas para todos”. El senador del Partido Demócrata, Franco Mirabelli, ha exigido a Salvini una explicación ya que la “mera sugerencia de una limpieza étnica es inaceptable”.
Pero también es posible que la bravuconería de Salvini se quede solo en eso, en palabras polémicas. El periodista Francesco Cancellato opina en su editorial en Linkiesta que el ultraderechista está yendo de farol, jugando a la polémica porque sabe que en un año hay elecciones europeas y el cambio hacia la derecha en todo el continente le va a dar la razón. Cuando estiras el discurso de la violencia hasta ese punto, cualquier medida conservadora o discriminatoria que venga detrás se tomará como agua de mayo.