PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Sentencia histórica en Argentina: se prueba que Ford fue cómplice de la dictadura Now

Now

Sentencia histórica en Argentina: se prueba que Ford fue cómplice de la dictadura

H

 

En 1976, los entonces gerentes Pedro Müller y Héctor Francisco Sibilla participaron en el secuestro y tortura de 24 trabajadores de la fábrica de General Pacheco. 42 años después pagarán por sus crímenes

silvia laboreo

12 Diciembre 2018 17:19

Hasta ahora, lo único que recordaba lo que había pasado en la planta de Ford Argentina de General Pacheco era un cartel instalado en 2012 por iniciativa del Archivo Nacional de la Memoria. “En este lugar, en el quincho de Ford Motors Argentina, se secuestró y se torturó durante la dictadura cívico militar”. Ese cartel y los recuerdos de los allí detenidos y torturados durante los primeros meses tras el golpe de Estado de Videla demostraban una vez más que las desapariciones y torturas durante la dictadura sucedieron con la complicidad del poder empresarial. Ahora, una sentencia histórica en el país contra cargos de la multinacional Ford hace justicia por fin a los 24 trabajadores secuestrados.

Los jueces Diego Barroetaveña, Osvaldo Facciano y Mario Gambacorta dictaminaron ayer martes que dos ex gerentes de Ford, Pedro Müller y Héctor Francisco Sibilla, fueron partícipes necesarios en el secuestro y torturas de 24 trabajadores de la planta en 1976. El juicio empezó el año pasado y forma parte de una serie de procesos centrados en probar cómo la dictadura argentina contó con el apoyo de grandes corporaciones. “Quedó completamente acreditado que la empresa Ford fue cómplice de la dictadura militar”, remarcó el abogado de los trabajadores de Ford, Tomás Ojea Quintana, durante el juicio. Müller, gerente de manufacturas y uno de los principales directivos de la empresa, fue condenado a 10 años de cárcel; Sibilla, ex teniente coronel y jefe de seguridad de la planta, a 12 años y el ex militar Santiago Omar Riveros recibió 15 años de prisión porque también fue acusado de un delito de allanamiento ilegal.

Ha sido una lucha larga. De los 24, solo 12 de los trabajadores han logrado ver cómo los empresarios que permitieron que la fábrica Ford se convirtiera en centro de tortura y detención eran juzgados y condenados. Ha sido larga porque todo empezó el 24 de marzo de 1976, el día en el que Jorge Rafael Videla dio un golpe de estado en el país. Desde ese día y durante dos meses más, los militares argentinos secuestraron a 24 obreros de la fábrica con la ayuda de los gerentes condenados. Ellos eran los que informaban de los empleados más díscolos, la mayoría sindicalistas, y los que permitieron la instalación del centro de torturas y detención en el gimnasio del interior de esta fábrica a las afueras de Buenos Aires. Muller y Sibila daban a los militares carnets y fotografías para facilitar la identificación de los trabajadores “elegidos” que muchas veces eran secuestrados en la propia línea de producción. "Eran encarados a punta de fusil por militares y paseados por delante de los demás operarios que podían observar qué les ocurría a quienes los representaban gremialmente. Eso generó un terror en el ámbito laboral que impide cualquier reclamo, ni salarial, ni mejores condiciones de trabajo, ni de nada", explicaba hace un año a El País el abogado de los trabajadores, Tomás Ojea Quintana. Los trabajadores fueron desaparecidos durante un mes y la empresa los despidió vía telegrama, alegando que no se presentaban en su puesto de trabajo.

Cartel en la fábrica que recuerda lo que allí sucedió

La fábrica de Ford no solo es conocida por su centro de detención ilegal, también fueron los encargados de fabricar el Ford Falcon, un automóvil símbolo de la represión y el terror militar que era utilizado por los escuadrones policiales para trasladar a los y las detenidas. En 1977, el propio ministro de interior, Albano Harguindeguy, pidió a la compañía 90 vehículos de ese modelo en verde y sin matrícula. Y de estos, algunos fueron producidos en la fábrica de General Pacheco.

De los 24, solo 12 de los trabajadores han logrado ver cómo los empresarios que permitieron que la fábrica Ford se convirtiera en centro de tortura y detención eran juzgados y condenados.

Por el momento, los condenados permanecerán en arresto domiciliario hasta que la condena sea en firme. Los dos hombres niegan los crímenes de los que se les acusa y apelarán la sentencia. Más allá de la condena, este juicio sienta un precedente a la hora de empezar a juzgar a los empresarios cómplices con la dictadura. “[La sentencia] reconoce lo que pasó en Ford, pero también la excede porque es una sentencia que sirve para demostrar que el plan sistemático que implementó la dictadura tuvo intereses económicos y que tuvo un beneficiario directo que fueron los grandes grupos transnacionales”, declaró el abogado Maximiliano Chichizola al diario El Tiempo argentino.

No en vano, es la primera vez que sale adelante una condena contra una empresa por su relación con la dictadura cívico militar. En marzo de 2016, Marcos Levin, dueño de la empresa de autobuses Veloz del Norte, fue condenado a 12 años por delitos de lesa humanidad pero su sentencia fue revocada unos meses después. Según el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) el 7% de los civiles acusados de crímenes de lesa humanidad son empresarios. Otras empresas como la azucarera Ledesma, la agroalimentaria Molinos de la Plata o la siderúrgica Acindar están siendo investigadas actualmente por crímenes durante la dictadura cívico militar.

share