PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Así 'legalizó' la ikurriña un partido Sports

Sports

Así 'legalizó' la ikurriña un partido

H

 

El estadio fue un clamor, poco después de que el ministro franquista Fraga dijera "será legal por encima de mi cadáver"

Ignacio Pato

05 Diciembre 2017 11:53

Franco llevaba poco más de un año muerto, pero las Cortes de la dictadura seguían funcionando y a la Constitución le faltaban aun dos largos años llenos de muertos, muchos de ellos por parte de pistoleros de extrema derecha.

Era el 5 de diciembre de 1976 y la ikurriña era ilegal. Su exhibición pública estaba penada por las leyes franquistas. Esa bandera "será legalizada por encima de mi cadáver", dijo el ministro de Gobernación Manuel Fraga. El discurso de la España una, grande y libre era claro: "la mayoría de los vascos no la quiere, es una minoría la que quiere imponerla a la mayoría". Era pura ideología, no realidad.

De demostrarlo se encargaron Inaxio Kortabarria y José Ángel iribar, los capitanes de la Real y el Athletic, que tuvieron trabajo extra en la previa de aquel derby vasco. Todo a partir de una idea de un jugador del equipo donostiarra, Josean de la Hoz: salir al césped de Atotxa con la bandera ilegal.

"Nosotros también éramos pueblo", diría años después.

De la Hoz no estaba convocado para ese partido, pero hizo la propuesta a su capitán Kortabarria y este a su vez al portero del Athletic. La conversación fue solo quince minutos antes del partido. Iribar quiso consultar con el resto de sus compañeros. Kortabarria hizo lo mismo en el vestuario local. Hubo unanimidad, nadie se opuso al momento histórico que iban a presenciar miles de espectadores del viejo Atotxa.

Por supuesto, la bandera ya estaba allí, lista.

La había tejido la hermana de De la Hoz la noche anterior, en su casa de Getaria. Los 25 kilómetros que separan este pueblo costero de Atotxa los hizo la ikurriña escondida en el hueco de la rueda de repuesto del coche del jugador de la Real. Todavía no se explica cómo los grises no la encontraron cuando le pararon en un control.

La negligencia se tornó en asombro para los grises cuando los jugadores salieron al césped. Imponentes y liderando a sus compañeros, Kortabarria e Iribar sujetaban, bien arriba, una ikurriña. Les seguían, del lado txuriurdin, Txoperena, Murillo, Olaizola, Gaztelu, Diego, Zamora, Idigoras, Satrustegi y López Ufarte. Tras Iribar, Lasa, Gisasola, Madariaga, Eskalza, Oñaederra, Villar, Txurruka, Dani, Carlos y Txetxu Rojo.

Atotxa fue un clamor, era la primera vez en casi 40 años que una ikurriña aparece en un campo de fútbol y lo hacia, claro, contra la legalidad vigente. Los jugadores miraban de reojo a los policías. El público aplaudía. El frío donostiarra de un diciembre cualquiera paró en seco.

La foto deja un detalle no conocido por el gran público. Las piernas, vestidas de calle, que se ven por debajo de la bandera, son las de Joxean de la Hoz. En otra de las fotos del momento, sí se le ve al lado de Kortabarria con barba y pantalones largos. El segundo por la izquierda es el jugador del Athletic Ángel María Villar, posteriormente presidente de la federación española.

Kortabarria e Iribar depositaron la bandera en el círculo central mientras saludaban a Atotxa. No faltaba mucho para que ambos equipos vascos lograsen otro hito sobre el césped: repartirse cuatro ligas a principios de los ochenta, pero ese día la Real pasó 5-0 por encima del Athletic como la apisonadora que, dirigida por Alberto Ormaetxea, era. Jesús Mari Satrustegi marcó un gol que debería ponerse en todas las escuelas de fútbol base.

Cuando la ikurriña fue legalizada 45 días después, el 19 de enero de 1977, a nadie se le escapó el turbo que a esa medida le había metido la valiente decisión de unos futbolistas. La bandera tejida por la hermana de De la Hoz, quizá la más famosa de la historia de Euskadi, puede verse hoy en el Museo de la Real Sociedad.

share