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El Chelsea enviará a sus hinchas fascistas a Auschwitz

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Arte Playground
 

Los ultras que no quieran perder su abono de temporada tendrán que asistir a un viaje educativo

A.P.G.

15 Octubre 2018 12:56

Como si de una excursión escolar se tratara: el Chelsea quiere combatir el racismo y el antisemitismo de buena parte de sus hinchas fascistas con una actividad de sensibilización.

El presidente del club, Bruce Buck, ha dejado entrever en una entrevista con The Sun que se plantea seriamente organizar excursiones a Auschwitz ​​​​ con una parte de sus aficionados. Esa será la alternativa a la que podrán optar a cambio de no perder sus abonos de temporada.

“Si solo prohíbes a la gente asistir a los partidos, nunca cambiarás su comportamiento”, afirma Buck. Para el presidente del club, este viaje pedagógico puede ser una oportunidad para que revisen y mejoren su comportamiento. Y también un método que puede servir de inspiración para otros clubes.

El club arrastra un turbio historial muy ligado a una hinchada fascista y ultraderechista que remonta a la década de los 70. En los últimos años, los ultras han protagonizado todo tipo de episodios antisemitas y racistas. Solo el año pasado, un total de 44 hinchas fueron multados por protagonizar incidentes de este tipo. En el 2014, un centenar de hinchas blues desfilaron en París profiriendo el saludo nazi en un encuentro contra el Paris Saint-Germain.

También en París, en 2015, un grupo de aficionados negaron el paso a un hombre negro en el metro. Y lo hicieron entonando el cántico: “Somos racistas, somos racistas y esto es lo que nos gusta".

El jugador negro Paul Canoville, en 1982, fue blanco de todo tipo de insultos denigrantes y humillantes por parte la propia afición de su equipo.

Hasta ahora, este tipo de comportamientos se zanjaba, en algunas ocasiones, vetándoles el paso durante tres años. Esta nueva medida pretende ser una alternativa a la expulsión inmediata. Una forma de promover concienciación entre sus aficionados y darles la oportunidad de corregir su comportamiento.

El Chelsea es propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich desde el 2003, quien también es judío. La medida para combatir el antisemitismo se enmarca dentro de un programa mucho más amplio, englobado dentro de la Fundación Building Bridges que cuenta con la cooperación del Congreso Judío Mundial o la Casa de Anna Frank.

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