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El baloncesto español a la huelga: la explosión de algo insostenible

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La ACB quiere exprimir a sus jugadores con el fin del convenio colectivo... ¿o es solo una excusa para convertirse en la NBA europea?

Omar Naboulsi

31 Enero 2018 17:12


La ACB está en punto muerto permanente y no hay visos de que vaya a arrancar próximamente. A la competición donde los clubes no pueden ascender por no poder pagar el cánon de acceso y los dirigentes se empeñan en hermetizarla, se le acaban de sumar los problemas laborales.

Los jugadores se han plantado y están meditando ir a la huelga en la próxima Copa del Rey, el torneo con más solera del baloncesto español. Hay que recordar que esta temporada se disputa en Gran Canaria, y los miles de aficionados que ya han pagado su abono, el vuelo y el alojamiento se quedarían con una mano delante y otra detrás en caso de que se produzca la huelga.

Este lunes la ACB y la ABP -Asociación de Baloncestistas Profesionales- tenían pactada una nueva reunión, pero los jugadores desestimaron el encuentro tras declarar rotas las negociaciones.

Han recibido un ultimátum que no les ha hecho nada de gracia...

UNA LIGA SIN PRESIDENTE

En junio de 2017 se acabó el convenio colectivo entre ACB y ABP, pero no llegaron a un nuevo acuerdo y lo prorrogaron un año más. Durante estos meses se han producido varias reuniones entre el sindicato y la patronal, aunque tampoco han sido capaces de entenderse.

Por si fuera poco, la ACB está sin presidente desde el mes de noviembre tras la salida de Francisco Roca, así que los jugadores negocian directamente con una comisión de 9 clubes que se alterna cada 6 meses. Un cachondeo absoluto.

Llegados a la tirantez extrema, la liga ha lanzado un órdago: los jugadores tienen que elegir entre mantener el Fondo Social -una bolsa de 315.000 euros anuales con la que se financia el sindicato- o seguir con 2 plazas de jugadores extracomunitarios por plantilla, ya que la patronal quiere liberalizarlas.

El sindicato no comprende por qué tiene que escoger.

“El Fondo no es una subvención, es revertir una pequeña parte de los recursos que generan los jugadores para su defensa y asesoramiento. Sin Fondo Social no hay Asociación ni defensa de los jugadores. Les resultamos incómodos”, ha dicho el presidente de la ABP, Alfonso Reyes, en diferentes medios.

En cambio, fuentes de la ACB han transmitido a PlayGround que consideran lógico que los gastos sindicales los cubran los jugadores de su bolsillo.

En cuanto a la libertad de los extracomunitarios, la liga cree que es necesaria para poder equipararse a las demás competiciones domésticas europeas. En España los clubes están obligados a tener en plantilla a 4 jugadores nacionales -o formados aquí- y solo pueden ocupar dos fichas de extracomunitarios -fuera de Europa o cotonous-, mientras que en los demás países europeos también tienen cupos nacionales pero sin límite de "extras".

Esta maniobra beneficiaría a los clubes de juegan la Euroliga por decreto, ya que podrían tener en plantilla a los americanos que quisieran e inscribirlos en las dos competiciones sin problemas.

¿EN BUSCA DE LA NBA EUROPEA?

La patronal se escuda en que no ha recibido ni un borrador del nuevo convenio, aunque no justifican la disyuntiva.

"La ABP no ha presentado ninguna propuesta de mejora del convenio. ¿Cómo pueden romper las negociaciones sin haber hecho una sola propuesta? Estamos dispuestos a estudiar cualquier propuesta pero no sabemos qué quiere el sindicato", nos asegura la Secretaria General de la ACB, Esther Queraltó.

Sin embargo, el sindicato sospecha que el ultimátum solo es la punta del iceberg de un plan para sacudir la Liga. Los grandes clubes llevan años pidiendo una reducción de la ACB a 16 equipos para aligerar el calendario y la propia Liga podría ir un paso más allá. "Pretenden convertir la LEB Oro y el resto de ligas federativas en competiciones amateur, lo que en la práctica es convertir la ACB en una Liga cerrada", asegura Reyes.

Esta conversión significaría un cambio de modelo en el que los clubes que llevan años peleando por ascender desde las categorías FEB quedarían apartados o siendo filiales de los equipos de primera división. Una NBA a la europea sin ascensos ni descensos, con el hándicap de que el deporte americano se basa en el sistema educativo y el español en los clubes y asociaciones.

El cambio en algunas normas del juego este verano como la introducción del "paso cero" -la adapatción de los pasos NBA al baloncesto FIBA- y las sanciones más duras a las faltas que corten los contraataques ya anunciaban un nuevo baloncesto europeo más americanizado.

Este marco que favorece al espectáculo ya empieza a dar sus frutos. Según el informe lanzado por la propia ACB hace apenas unos días, los encuentros son más igualados, se anotan más puntos, ha aumentado la asistencia a los pabellones y la audiencia ha aumentado un 16,8%, a pesar de que desde la temporada pasada solo se puedan ver los partidos en una plataforma de pago como es Movistar+.

Todo apunta hacia la misma dirección... la Liga quiere cambiar su esqueleto y contentar a los clubes más poderosos -que actualmente son los que tienen el capital disponible para afrontar la conversión- empezando por recortar los derechos de los jugadores para que acaben siendo mera mercancía sin voz ni voto, algo que en muchas ocasiones ya sucede en la NBA.

¿Lo conseguirá o el sindicato podrá pararle los pies? El futuro del baloncesto español depende de ello.

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