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Artículo ¿Quiere la NBA seguir siendo un circuito regulado en medio del paraíso capitalista USA? Sports

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¿Quiere la NBA seguir siendo un circuito regulado en medio del paraíso capitalista USA?

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Los Warriors y su plantilla de All Stars replantean el modelo más igualitario del deporte

Omar Naboulsi

20 Julio 2018 06:00

La NBA tiene un problema y no parece que tenga solución a corto plazo.

A un año vista de que acabe la temporada 2018/19, ya se sabe quién será el campeón salvo debacle. La llegada de DeMarcus Cousins -antes de romperse el tendón de aquiles, el mejor pívot del mundo- a Golden State Warriors es un golpe devastador para la liga.

A los Warriors no se les puede achacar nada, ya que han jugado bajo las reglas que marca la NBA. A Cousins tampoco, ya que era agente libre y podía elegir libremente su destino.

Es un problema de competitividad, ya que ha firmado por 5 millones de dólares, cuando antes de lesionarse aspiraba a un contrato máximo -más de 200 millones en 5 años-.

El fichaje de Cousins por los Warriors completa una plantilla que puede alinear un quinteto titular de All Stars: dos MVPs de la temporada -Kevin Durant y Stephen Curry-, uno de los mejores tiradores de la NBA -Klay Thompson-, el mejor defensor de la NBA -Draymond Green- y el propio Cousins. Por si fuera poco, también dispone de Andre Iguodala, ganador de un MVP de las Finales, como sexto hombre.

Los superequipos están destrozando la NBA

Este equipo de ensueño ha dejado en nada el fichaje de LeBron por los Lakers, posiblemente el movimiento más importante de la última década.

"Los Warriors siguen siendo los grandes favoritos. No sólo se han reforzado, sino que el equipo que más cara podía plantarles, los Houston Rockets, ha perdido algunas de sus piezas claves, como Ariza. Los Lakers de LeBron están trabajando más a medio plazo, por lo que parece. Ahora mismo no creo que ningún equipo pueda plantarles cara en una serie a 7 partidos", nos dice Mario Peña, periodista especializado en deporte americano del Diario AS.

El propio LeBron fue de los primeros en encabezar los superequipos cuando fichó por los Miami Heat en 2010 para juntarse con Dwyane Wade y Chris Bosh, pero ahora se le está viniendo en contra.

"LeBron envió señales de que buscaba otros destinos con la compra de varias propiedades y residencias en Los Angeles. Entre las inversiones de sus negocios hallamos medios digitales y el epicentro del entretenimiento de ficción es Los Ángeles", nos explica Alvaro Martín, narrador de la NBA en ESPN desde hace 30 años. "James hace una transición no solo a un equipo y mercado nuevo, sino a una etapa nueva en su vida. La presencia de Magic Johnson, no como presidente de operaciones deportivas de Lakers, sino como un personaje enchufado a negocios en California y el resto de Estados Unidos, tiene que haber sido un aliciente importante en su decisión de desarraigarse del nordeste de Ohio".

Vetos, ¿Sí o No?

Ante este panorama, los aficionados al baloncesto han abierto el debate: ¿debe la NBA vetar algunos movimientos?

"Rotundamente no. La NBA ni puede ni debería poder vetar fichajes, especialmente el comisionado. De existir un veto debería ser de los dueños de las franquicias y por mayoría cualificada -por ejemplo, de dos tercios-. Aún así, no creo que sea la solución al problema", opina Peña.

Sin embargo, en el sistema de competición deportiva más "comunista" del mundo no sería descabellado más intervencionismo, pero las leyes del libre mercado están por encima en estos momentos. La NBA es un caso digno de estudio porque, en el paraíso neoliberal y capitalista que son los EEUU, existe un circuito extremadamente regulado para garantizar la supervivencia y el beneficio de todas las partes que intervienen en ese negocio. No hay ningún cabo suelto.

En 2009 la NBA ya detuvo el traspaso de Tyson Chandler desde los New Orleans Hornets a los Rockets. Dos años después vetó otro que podría haber cambiado el rumbo de la liga. El movimiento consistía en que Chris Paul se marchaba a Los Ángeles Lakers y Pau Gasol a los Houston Rockets, mientras que los New Orleans Hornets, que por aquel entonces era propiedad de la NBA, recibían a Kevin Martin, Luis Scola, Lamar Odom, Goran Dragic y una primera ronda del Draft de 2012.

La NBA, al manejar la franquicia, se negó y Paul acabó en los Clippers a los pocos días.

Si no dejaron que Kobe Bryant y Chris Paul se juntaran, ¿por qué tienen tanta permisividad con los Warriors?

El modelo "comunista" ya no es suficiente

Recordemos que los equipos de la NBA son empresas que buscan el beneficio y que tienen trabajadores a su cargo con una serie de regulaciones que hacen que los espectadores la consideren igualitaria, a priori.

Existe un límite salarial, aunque en los últimos años se ha elevado por el incremento de los ingresos -101 millones en la temporada 2017-18-. El impuesto de lujo es otro elemento que pretende igualar la NBA, ya que los equipos pueden romper el tope salarial a costa de pagar un impuesto que se divide entre las franquicias que no hayan superado ese límite.

También existe un salario mínimo para los jugadores -aumenta según las temporadas que lleven en la NBA- y un contrato máximo.

El problema es que el límite salarial actual ha desvirtuado estas condiciones. "No creo que la NBA, u otras grandes ligas americanas, tengan un sistema comunista. Es cierto que los beneficios se reparten entre todos, pero aún así sigue habiendo equipos con más poder económico que otros. Si acaso, podríamos hablar de un sistema 'socialista', que pretende reducir y equilibrar constantemente las diferencias entre grandes y pequeños. No creo que haya que añadir más intervencionismo a los ya existentes, sino arreglar estos, que ya no funcionan. Especialmente el tope salarial", asegura Peña.

En otras palabras, un límite salarial más duro obligaría los equipos a mirar más por el futuro. Además, fomentaría la igualdad de la competición.

El impuesto de lujo está bien, pero no iguala las cosas. A un equipo de un gran mercado como Chicago, California o Nueva York le da exactamente igual pagar 300 millones entre salarios y penalizaciones, pero a franquicias como los Memphis Grizzlies o Minnesota Timberwolves es un esfuerzo increíble.

"Los Warriors no han quebrado regla alguna, así que la liga no tiene recursos para intervenir. Esta situación le da leña al fuego por imponer un tope duro en la NBA, un límite de nómina del cual no te puedes pasar en cierta fecha de la temporada", propone Alvaro Martín. "Desde el punto de vista mediático, el tener una potencia en la liga genera el morbo de los haters que los quieren ver caer. Personalmente, prefiero el tope salarial duro, pero entiendo que el sindicato de jugadores no lo aceptará".

"El único subterfugio disponible para los propietarios de la NBA sería mantener las reglas de nómina como están, pero permitir que un solo jugador gane hasta el 40% de la nómina del equipo. De esa manera será difícil acomodar un tercer o hasta cuarto contrato importante en un mismo equipo. Sería una oferta que las estrellas de la NBA, cuya influencia en temas laborales y sindicalistas es significativa, no podrán resistir. Los dueños otorgarían contratos de más de 40 millones de dólares anuales, pero solo a un jugador por equipo".

Álvaro plantea de pasada la segunda solución para que el sistema intervencionista de la NBA no se vea tan sacudido: eliminar el tope máximo de salario de un solo jugador.

Si una franquicia puede ofrecer el sueldo que quiera a quien quiera -por arriba, la existencia de un salario mínimo es innegociable-, habrá menos superequipos. Todos los jugadores quieren ganar anillos, pero les costaría más dejar de ingresar 50 o 60 millones de dólares más en su cuenta corriente.

Para que no haya más casos como el de los Warriors quizá no haya que vetar fichajes y aumentar las intervenciones, solo hace falta endurecer algunas normas que hasta hace poco funcionaban a las mil maravillas.

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