Este sábado arranca el Tour de Francia'18 en la localidad francesa de Noirmoutier y los focos de la 105ª edición apuntan al tetracampeón Chris Froome.
El británico, que viene de ganar el Giro de Italia en mayo, ha tenido una difícil llegada al Tour por el positivo en salbutamol durante la última Vuelta a España. Aunque el domingo pasado estaba excluido de la competición, la AMA y la UCI concluyeron que los niveles en sangre de la sustancia no eran concluyentes y la organización del Tour le ha permitido disputar la carrera.
Eso no ha quitado que tanto prensa como aficionados vayan a por él. Esta semana se cumplen 20 años del Caso Festina -una operación contra el dopaje realizada justo antes del Tour'98- y el diario francés Libération ha publicado una portada con Froome vestido con el maillot amarillo teñido en blanco y negro.
"Vuelta a la casilla de salida del dopaje", titula el diario.
La fotografía va acompañada de dos subtítulos en los que se puede leer "Autorizado para salir, este sábado, para la 105ª edición pese a un control con resultado adverso, Christopher Froome ha debilitado la prueba incluso antes de su salida. Veinte años después del 'Caso Festina', Libé regresa al escándalo de 1998, y su político-deportiva etapa de Corrèze".
Este clima adverso propició que el público abucheara a Froome y se escucharan gritos de "dopado" en la presentación de los equipos en la Plaza Napoleón de La Roche-sur-Yon, al oeste de Francia.
El británico se contuvo, a pesar de las hostilidades en el recibimiento. "Lo daremos todo este año para conquistar un quinto Tour", dijo Froome cuando el presentador del evento le pasó el micrófono.
Froome es el máximo favorito para llevarse el Tour, pero detrás de él hay dos corredores latinoamericanos que pueden arrebatarle el título. Ambos son colombianos y tienen la experiencia suficiente para pelear por el maillot amarillo: Nairo Quintana y Rigoberto Urán.
Sus compatriotas Darwin Atapuma, Daniel Felipe Martínez, Egan Bernal, Fernando Gaviria, el argentino Maximiliano Richeze y el costarricense Andrey Amador completan la presencia latina en esta Gran Vuelta.
Todos ellos intentarán completar un buen papel en la carrera más importante del mundo, números en mano.
Más de 4.500 personas conviviendo durante 23 días, sin contar estos días previos al comienzo de la prueba y los actos posteriores al domingo 29 de julio, cuando se disputará la última etapa en París. En esta edición el pelotón ciclista ha visto reducido su número de corredores: de 198 a 176, ya que cada uno de los 22 equipos pasa a disponer de 8 corredores en vez de 9, aunque también dispondrán de unos 450 acompañantes.
A lo largo de la carrera se van a encontrar entre 10 y 12 millones de aficionados que se desplazarán y estarán viendo las etapas in situ, a los que hay que sumar a todos aquellos que seguirán las más de 100 horas de retransmisión televisiva en 190 países. Para hacerse una idea de la magnitud del evento, la organización instala más de 5.000 metros de vallas de media en cada etapa entre las salidas y las llegadas.
Unas 7 hectáreas se instalarán para formar la meta de París, veremos quien las atraviesa en menos tiempo.