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Este niño fue expulsado en su primer día de colegio por llevar rastas en la cabeza

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Esta escuela de Florida le regaló a Clinton Stanley Jr. la peor bienvenida que puedas imaginar

Playground community

23 Agosto 2018 19:44

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La vida es eso que pasa mientras tú buscas maneras de definirte. Para encontrar quién eres hay una parte interior —espiritual e ideológica— y otra exterior, llena de signos que mostramos para expresarnos como parte de una tribu o —por el contrario— con el deseo de demostrar que no nos casamos con nadie.

Este vídeo nos trae el caso de Clinton Stanley Jr., un niño de seis años que en su primer día de clase en la escuela A Book’s Christian en Apopka (Florida, EEUU) fue rechazado por los administrativos del centro, apelando a que su cabello no se adaptaba a la norma requerida por el centro en cuánto a longitud. El padre mantiene que otros niños lo llevaban hasta los hombros, aunque no con el estilo rasta de Clinton. Su padre parece realmente molesto porque el ideario cristiano de la escuela no respete la opción.

El director del centro defiende el reglamento que impone cómo deben llevar el pelo los alumnos. Clinton padre sospecha más bien que existe un sesgo racista en la manera totalmente intransigente en que han tratado a su niño. El director lo niega, alegando que casi el 95 % de su población estudiantil es afrodescendiente, pero la situación educativa del niño ha chocado con la estética rastafari. La familia tuvo que decidir entre cortar el pelo de Clinton o buscar una escuela más aperturista. Optaron por lo segundo.

Chikayzea Flanders es el nombre de otro niño que ha pasado por similar situación en Londres. También en este caso tenemos a unos padres combativos por un lado y a una escuela que argumenta que la uniformidad es algo que favorece la educación en igualdad. No es un debate simple, aunque ojalá este fuera el único debate cuando de educar a niños se trata.

Los dreadlocks pueden ser un mero estilo de vestir la cabeza, o mucho más que eso. No estamos hablando de una moda que hoy está en portada y seis meses después cambiará. El peinado tiene conexión con un movimiento religioso, social y cultural de origen jamaicano que reivindica la libertad de las personas de origen africano. Hablamos de una religión que cree en la paz y que se ennoblece en haber fermentado en medio del horror de la esclavitud del pueblo africano trasplantado con cadenas a las Antillas.

Una sociedad multicultural se pone a prueba cuando determina cuánto puedes exhibir de tu mente y cuerpo. Y hay muchos lugares dónde la estética rastafari no es aceptada con facilidad. Corren leyendas urbanas, tópicos y lugares comunes que obligan a los seguidores del rastafarismo a combatir legalmente por mantener su identidad.

Para que te hagas una idea, en algunos estados de Estados Unidos es legal negarse a contratar a alguien por llevar dreadlocks. La idea de que es modificable, o sea que no es un rasgo inmutable —y por lo tanto— una opción, se impone. El choque cultural se agrava cuando hablamos de menores como el del vídeo, que son rechazados en determinadas escuelas porque sus inmutables normas no incluyen esa clase de peinado, sin importar que para los afectados sea más que una cuestión de estilo.

La decepción de Clinton Stanley Jr. en su primer día de escuela tuvo que ser tremenda. Seguro que no olvida este episodio, lo mal que le hicieron sentir, nunca.


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