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Un cementerio gigante: una inusual marea roja mata a miles de animales marinos en Florida

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“Es una absoluta pesadilla. Era como un apocalipsis”, cuentan visitantes a la zona afectada

Playground community

09 Agosto 2018 18:41

Los cuerpos en descomposición de peces, tortugas, delfines, manatíes y hasta el de un tiburón flotan en el agua, se apilan en la arena, obstruyen canales y desprenden un fuerte olor nauseabundo. “Es una absoluta pesadilla. Era como un apocalipsis”, cuenta Donna Brierley tras visitar con su familia la playa de Sanibel. Solo aguantaron allí unos minutos.

El conservacionista de Our Children’s Earth Fundation Ivy Yin recorrió las playas de la costa suroeste del estado de la Florida la última semana de julio para documentar esta tragedia que ha causado un evento conocido como “marea roja”.

La marea roja se conoce como la floración de algas nocivas en concentraciones fuera de lo normal, hasta convertirse en una gran amenaza tóxica.

Estas algas, que producen una bacteria llamada Karenia brevis, suelen crecer desde comienzos de otoño y morir en los meses más cálidos. Su proceso se inicia en el Golfo de México y llega a Florida por la acción de la corriente y los vientos, según explican desde la Florida Fish and Wildlife Conservation Commission.

La Karenia brevis logra “decolorar” el agua y por eso adquiere un color rojizo. Esa coloración sucede en Florida casi todos los años desde 1840, cuando se registró por primera vez, y puede durar algunas semanas o hasta un año. La de este año es una de las más fuertes y tóxicas que se recuerda.

Fotografía: Marc Masferrer

La presencia de algas tóxicas afecta a unos 200 kilómetros de la península en el Golfo de México desde hace cerca de un año. La situación ha provocado la muerte de más 4.000 peces, varios cientos de tortugas marinas, decenas de manatíes y delfines y hasta de un tiburón ballena que apareció en la isla Sanibel.

Conservacionistas de las organizaciones no gubernamentales Our Children’s Earth Fundation y Citizens for Clean Water atribuyen la gravedad de esta mortandad marina a los residuos tóxicos y desechos humanos que rancheros y compañías azucareras vierten en el Lago Okeechobee, también conocido como el “Big O”.

Estas organizaciones y los ciudadanos están alerta porque esas mismas toxinas que han acabado con la vida de tantos animales, hacen que comer mariscos locales sea potencialmente peligroso para la salud. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica advierte que la marea roja podría causar problemas respiratorios, asma e irritación en los ojos, porque esas mismas toxinas también van a parar al aire que respiramos.

El diario The New York Times informó que el gobernador del estado de Florida, Rick Scott, ordenó a las instituciones designadas dedicarse a luchar contra la marea roja, disponer de “todos los recursos disponibles”, limpiar el agua y frenar el daño que se está produciendo en el ecosistema. Este problema ha impactado directamente no solo a los animales, sino al sector del turismo las dos últimas semanas del mes de julio.

El mal olor y el escenario dantesco no han sido un impedimento para que locales y curiosos visiten las playas afectadas, sea para tumbarse a coger un baño de sol o a tomar fotografías para documentar lo que sucede.

Fotografía: Perry Johnson

“Con el corazón encogido estoy publicando esta foto (…). Este episodio ilustra que tenemos mucho más que enfrentar en el estado del sol que solo un buen bronceado. Este organismo está presente de forma natural en el fondo del mar y produce una toxina que en altas concentraciones como la que vemos mata a los peces, pero su tiempo, gravedad y frecuencia están influenciados sin duda por la presencia del hombre tanto en la costa como en el interior. Esperemos que este episodio más reciente no sea barrido bajo la alfombra como en el pasado. Este es un problema de todos y Big Money está detrás de la causa y de encontrar una solución manejable. Tenemos que mirar más allá de nuestros intereses de desarrollo costero, así como de nuestros intereses agrícolas en el interior”.

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