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Artículo El héroe del día: este conductor herido controló el autobús accidentado que conducía y salvó a todos sus pasajeros Content

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El héroe del día: este conductor herido controló el autobús accidentado que conducía y salvó a todos sus pasajeros

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Un tambor de freno de otro vehículo atravesó el parabrisas dejando maltrecho al conductor. Lo que pasó después es casi un milagro

Playground community

23 Julio 2018 13:05

En ocasiones, la gravedad de un incidente de tráfico la determina, no el momento en que surge un imprevisto, sino los instantes siguientes en los que, bien por entrenamiento, o bien por reflejos y la capacidad de mantener la calma en medio del caos, se minimizan los daños.

Todos nos hemos imaginado en situaciones peligrosas e intentamos convencernos de que seríamos capaces de solucionarlas o, cuanto menos, hacer un razonable control de daños.

Este vídeo grabado en una autovía china nos muestra un suceso serio que pudo haber tenido un desenlace mucho más grave. Finalizó únicamente con un herido leve. El conductor del autobús implicado logró, gracias a su voluntad y buen trabajo, que ninguno de los 16 ocupantes que transportaba resultara maltrecho.

Sucedió en Yichang, en la provincia de Hubei (China) el pasado 9 de Julio y en la primera parte del vídeo, se puede ver lo que ocurrió a través de las diversas cámaras de seguridad del autobús.

Todo se desarrollaba con normalidad, un viaje cualquiera, cuando de repente algo destruye parte del parabrisas, irrumpe en el autobús y golpea en el rostro y cabeza al conductor, salpicando de vidrios rotos a los pasajeros que van justo detrás de él.

Más tarde, se supo que los objetos fueron parte de un tambor de freno de otro vehículo situado delante que, por causas indeterminadas, salieron proyectados, alcanzando al autobús.

Lo casi milagroso es que, justo después de que las piezas de metal abrieran un boquete en el parabrisas, justo a la altura del conductor, golpeándole en la cara este logró mantener, aún sangrando y afectado, el grado de consciencia necesario para detener el bus de una forma suave y evitando una catástrofe.

El conductor está herido y se tambalea un poco sobre el volante; los pasajeros, atados con sus cinturones de seguridad y aún en shock por la sorpresa, no logran llegar a él. Por un momento, parece que se va a desvanecer, pero se mantiene con los ojos abiertos y haciendo solo un par de “eses”, logra ir frenando hasta situarse en el arcén, a la espera de ayuda.

Aterra pensar qué hubiera podido ocurrir si el conductor se hubiera desvanecido o si hubiera dado un volantazo que hubiera volcado el autobús.

No sabemos si el conductor se había preparado mentalmente alguna vez para una situación así, para que su voluntad se impusiera a una situación inesperada. Si es así, le funcionó; si fue instinto, también. Una suerte para él y para sus 16 pasajeros.

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