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Su obsesión era tal que las cabras habían comenzado a atacar a los excursionistas
Playground community
03 Octubre 2018 17:22
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Si creías que la adicción es solamente una debilidad humana, te sorprenderá saber que en el Parque Nacional Olympic de Washington (EEUU) las cabras montesas tiene una adicción bastante extraña: la orina humana.
Sí, sí, has leído bien. Estas cabras son adictas al agüita amarilla que tú y yo evacuamos varias veces al día y por eso han estado atacando a los excursionistas que van a disfrutar del parque. “¡La orina o la vida!”, parecían decir.
Aunque la cultura popular nos avisa de que las cabras están locas, esta vez su adicción tiene una explicación lógica y racional.
La especie que habita este parque nacional no es autóctona y en su hábitat natural tiene acceso a bloques de sal de los que disfrutan con mucho placer. Como en el Parque Nacional Olympic no hay sal, estas inteligentes cabras se percataron de que el sudor y la orina de los turistas que pasaban por allí tenía un regustillo familiar.
Esta obsesión ha llegado a producir altercados muy graves, ya que las cabras de montaña no son precisamente animales con cuerpos inofensivos.
Ante la descontrolada situación el Servicio de Parques Nacionales, el Departamento de Pesca y Vida Salvaje de Washington y el Servicio Forestal Nacional han decidido mover a las yonqui-cabras al Parque Nacional North Cascades, también en Washington, donde son una especie nativa.
Por supuesto el laborioso proceso implica varias fases.
En realidad estas cabras llegaron al Parque Nacional de Olympic hace casi cien años cuando en los años 20 varios cazadores de Alaska y de Columbia Británica trajeron una docena de animales. Ahora la población ronda los 700, mientras que en el Parque Nacional North Cascades el número de cabras montesas se ha ido reduciendo con los años. Los responsables de ambos parques esperan poder reubicar al menos a la mitad. Desafortunadamente, el resto serán sacrificadas.
Esperemos que su traslado a un hogar que las satisface ayude a estas cabras a salir de su adicción. Mientras tanto, recuerda que no todos los animales tienen la suerte de poder volver a sus hábitats naturales o de recibir la atención veterinaria necesaria.
Tu ayuda puede ser de mucha utilidad para otros animales que, en lugar de ser adictos a la orina humana, son adictos a nuestro cariño y atención.
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