Jennifer Lawrence responde a la polémica del vestido: “Es ridículo, esto no es feminismo”
Cuando Jennifer Lawrence empezó a ver los millones de comentarios que se estaban haciendo sobre su foto con sus compañeros de Red Sparrow directamente le estalló la cabeza. “¿Cómo coñ* se ha podido liar tanto por una foto en la que yo misma he decidido salir en tirantes mientras hacía frío?”, debió pensar. “Fue mi decisión”.
Lawrence respondió ayer a la polémica con una publicación en Facebook mostrando su indignación, cabreo y desconcierto general ante la respuesta de la sociedad y los medios.
“Wow, no sé ni siquiera por dónde empezar con esta controversia de ‘Jennifer Lawrence lleva un vestido revelador haciendo frío’. No es solo que me parezca tremendamente ridículo, estoy extremadamente ofendida. Ese vestido de Versace es fabuloso, ¿crees que voy a tapar ese precioso vestido con un abrigo y una bufanda? Estuve fuera cinco minutos. Hubiese posado en la nieve por ese vestido porque amo la moda y es mi elección.
Esto es sexista, esto es ridículo, esto no es feminismo. Sobre reaccionar sobre todo lo que alguien dice o hace, crear controversia sobre tonterías inocuas como si decido llevar o no llevar abrigo, no es un paso hacia adelante. Es crear distracciones tontas sobre problemas reales. Calmaos, gente. Todo lo que me veais llevar es mi decisión. Y si quiero pasar frío, ESO TAMBIÉN ES MI DECISIÓN”.
Al machisteo twittero le ha venido genial su respuesta, claro.
Parece mentira que haya que aclarar esto, pero allá va:
Si Jennifer Lawrence quiere ir a una fiesta con un pedazo de vestido de Versace, genial. Si quiere ir con pijama, chubasquero y katiuskas, genial también.
Sus compañeros también pueden vestirse como les de la santa gana. Si el colega quiere ponerse no uno, sino dos abrigos, fetén.
Lo que publicamos ayer no es una crítica a Jennifer Lawrence, ni a los actores que la acompañaban. Que a ella nadie la ha obligado a punta de pistola a salir a un balcón en tirantes a 4,5º es una obviedad.
La cuestión aquí es intentar pensar un poquito en por qué ella deliberadamente prefiere joderse de frío y lucir un Versace espectacular y ellos no sienten en absoluto esa necesidad. Y cuando digo ella, digo todas nosotras. Esto no va de criticar decisiones individuales, sino de cuestionar el sistema que nos lleva a tomar esas decisiones.
Creo que a estas alturas de la película sobra explicar que todas las mujeres deberían vestir siempre como les dé la gana. Puedes defender tu libertad llevando chándal, moño y cara lavada o encorsetada y con pamela, pero hacer el ejercicio de intentar comprender qué cosas hacemos por gusto y qué cosas hacemos porque nos han educado para que la única forma en la que podemos sentirnos válidas es a través de la aprobación social de nuestro cuerpo, de nuestra imagen, de nuestro atractivo, es un ejercicio necesario.
Jennifer Lawrence puede hacer LO QUE LE DÉ LA SANTÍSIMA GANA. Puede pasar frío, puede torrarse de calor, puede tirarse calle abajo en un carro de la compra desnuda y lanzando purpurina, pero que Lawrence tome una decisión por sí misma no quiere decir que esta decisión no esté marcada por el machismo que todas nosotras tenemos interiorizado.
Probablemente yo, y la mayoría de las chicas que conozco, hubiésemos querido salir en esa foto sin abrigo y luciendo el vestidazo. Pero es que Lawrence, mis amigas y yo nos hemos criado bajo el mismo sistema, y aunque luchemos conscientemente contra ello, nos cuesta ver muchas veces todo lo que hacemos por tratar de ser guapas, sexys, delgadas y femeninas, porque realmente nos cuesta mucho estar cómodas con nosotras mismas si no lo hacemos.
De hecho, nos cuesta mucho estar cómodas en general, porque las aspiraciones que se nos han impuesto en ese sentido son, casi siempre, inalcanzables. Por eso estamos frustradas, por eso nos peleamos con el espejo, por eso no está de más analizar una foto como la de Lawrence con su "fabuloso Versace" y sus compañeros abrigados como cebollas y pensar por qué ella eligió tirantes cuando ellos eligieron abrigo.
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