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La jugada maestra de 'OT' ha sido apostar de verdad por la música

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/OPINIÓN/ "Operación Triunfo busca un valor artístico real, chicos y chicas que tengan personalidad propia y una historia que contar. Si no podemos recordar ningún ganador de La Voz o si pocos concursantes de Factor X han logrado consolidarse en el mercado es porque ambos formatos buscan copias de cantantes que ya existen".

Rubén Serrano

16 Enero 2018 14:09

Mucho se ha escrito sobre los logros sociales que ha supuesto la vuelta de Operación Triunfo: los concursantes defienden posturas feministas, han dado visibilidad a la comunidad LGTBI, muestran su altruismo en temas como los refugiados y tratan con naturalidad problemas como el acoso escolar.

Todos estos valores han ayudado a que el público se vea reflejado en ellos y se haya vuelto fiel al formato. Pero quizá el mayor acierto de esta edición del programa haya sido no olvidar que, en esencia, es un programa musical.

OT ha aprendido de los errores que cometió durante sus últimas ediciones en Telecinco, en las que parecía que lo prioritario era la polémica. El programa se ha vuelto a tomar la música en serio y los protagonistas son de nuevo las canciones y los intérpretes. Suena a obviedad, pero un vistazo a otros talent shows actuales revela que no es así.

¿Quién recuerda a alguno de los cinco ganadores de La Voz? ¿Quién puede nombrar alguna actuación memorable? Sería complicado, ya que la saturación de concursantes del formato hace que sus nombres se nos olviden al final de cada gala. Esta falta de conexión entre espectadores y participantes se debe a que la música queda relegada a un segundo plano: sus historias personales, la reacción de los familiares y los famosos coaches concentran toda la atención. El público comenta al día siguiente los dimes y diretes entre Malú y Manuel Carrasco porque el propio concurso fomenta que así sea.

Telecinco revivirá este año Factor X, un programa cuya espectacularidad a menudo se le gira en contra. Las actuaciones quedan difuminadas entre tanta ráfaga de luz, fuegos artificiales e histrionismos de jueces como Nicole Scherzinger, ex vocalista de Pussycat Dolls, o Simon Cowell, a los que los productores potencian hasta extremos caricaturescos.

Una de las claves del éxito de OT es que ha sabido desmarcarse de esta tendencia. En primer lugar, su selección musical es más sustanciosa de lo habitual en esta clase de shows. Es cierto que David Guetta, Pablo Alborán o Ariana Grande suenan en las galas semanales, pero también tienen su espacio David Bowie, The Beatles, Marvin Gaye, Whitney Houston o Joan Manuel Serrat.

LEER MAS: Operación Triunfo, la lección de vida que le pedíamos a gritos a nuestra televisión pública

OT ha sabido escuchar tanto al público como a los concursantes. Ello ha permitido que artistas considerados como indies por fin tengan cabida en el programa. Años atrás hubiera sido impensable escuchar a los triunfitos cantar un tema de Zahara, Supersubmarina, Vetusta Morla, Rozalén o La Casa Azul. Y, ahora, este cambio ha hecho que los espectadores que antes rechazaban OT, porque sus gustos musicales quedaban absorbidos por los mandamientos del mainstream pop, se hayan reconciliado con el concurso.

Al contrario que su competencia directa, OT no deshecha las canciones por el retrete después de cada gala, sino que las comparte en plataformas digitales como Spotify, iTunes y YouTube. El talent es consciente de que las formas de consumir música han cambiado y, semana a semana, los temas del programa reinan en el Top 10 de la música en streaming, junto a (o por delante de) Ed Sheeran, Luis Fonsi, Maluma o Camila Cabello.

La música enlatada es la tónica general en todos los shows televisivos, pero OT ha desafiado esa norma. En el concurso transmedia en el que se ha convertido, la música en directo ha vuelto a aparecer tanto en el prime time como en el canal 24 horas de YouTube de la Academia; un canal que ha llegado a reunir a la vez la astronómica cifra de 88.000 espectadores que disfrutan de los concursantes componiendo o improvisando al piano, con guitarras y hasta con un trombón.

Operación Triunfo busca un valor artístico real, chicos y chicas que tengan personalidad propia y una historia que contar. Si no podemos recordar ningún ganador de La Voz o si pocos concursantes de Factor X han logrado consolidarse en el mercado es porque ambos formatos buscan copias de cantantes que ya existen; buscan al nuevo Bisbal, a la nueva Leona Lewis o a los nuevos One Direction.

OT 2017 no busca productos, como sí lo hacía con Risto Mejide años tras. OT busca artistas que logren hacer sentir al público. Por eso decenas de estrellas nacionales como Diana Navarro, Dani Martín o Pastora Soler han aplaudido a concursantes como Amaia o Alfred. El propio exvocalista de El canto del loco lo ha resumido perfectamente: “Amaia me tiene enamorado. Esta chica va más allá de lo que significa el programa. Tiene música. Tiene algo sin querer tenerlo”.

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