'Avida Dollars', la mixtape honesta y autoparódica de C. Tangana

Avida Dollars era el apodo despectivo que André Breton le puso a Salvador Dalí cuando esté empezó a alcanzar notoriedad entre las clases populares. Le afeaba, con ello, haberse vendido al espectáculo; al capital. Avida Dollars es, también, el nombre que C. Tangana ha puesto a su nueva mixtape, un autoataque de 23 minutos que, como todo autoataque, funciona también un mecanismo de defensa.

La mixtape supone el segundo trabajo de C. Tangana bajo el paraguas de Sony. El primero, Ídolo, apuntaba un gusto por la ostentación contractual, jactándose, en tracks como Espabilao, de haber firmado “el contrato más caro en España de todo el gremio”. Avida Dollars no hace sino confirmar que el periodo de prueba de ese contrato ya ha pasado. “Solo estoy cumpliendo lo que dije un par de meses atrás”, canta Pucho. Hoy, en Sony, hay cena de empresa para celebrarlo.

“Durante los años hippies la gente despreció la idea de los negocios. Decía: trabajar es malo. El dinero es malo”, reza el cantante en la segunda pista de la mixtape, Baile de la lluvia. “Pero hacer dinero es un arte. Trabajar es un arte. Los buenos negocios son la mejor de las artes”. Que el discurso de C. Tangana sea indistinguible al de que tendría un consejero delegado de su propia discográfica no es el punto flaco de Avida Dollars, sino precisamente su razón de ser.

Todo honestidad, todo autoparodia, sentirse agraviado por Avida Dollars es como enfadarse al leer columnas de opinión: hay que tener ganas y tiempo. “Si algo te enfadó de lo que hice yo, tenías un problema”, exclama en Siempre quise todo. “Ahora tienes dos”. C. Tangana, por lo menos hoy, encuentra en la vileza high class lo que Metallica en la acumulación de decibelios y, como dijo en una ocasión Tarantino, “uno no va a ver a Metallica y les pide que bajen el volumen de la música”.

En lo musical, Avida Dollars es un desfile de los beatmakers más reputados del urban actual. La mixtape se abre con Still Rapping de Steve Lean, sigue con un track de los americanos Take a Daytrip y, en la pista tres, Cuando me miras de Enry-K (Damed Squad) te estalla en las manos. Sin embargo, es Llorando en la limo la canción con la base sobre la que mejor fluyen los versos Pucho. La firma, claro, Alizzz.

Con una producción que recuerda al trabajo de J. Gramm, Llorando en la limo es la muestra fehaciente de que la simbiosis entre Pucho y Alizzz es insuperable, devaluando cualquier otra con la que oses compararla. “Que le jodan al dinero, quiero estar contigo”, declama Tangana, en lo que parece una frase más dedicada a su estrecho colaborador que a ningún interés amoroso. Lanzada hace un mes, Llorando en la limo parece hecha mañana. Es sublime y abyecta.

Resume, como un tiro de coca, Avida Dollars.