El director defiende el movimiento #MeToo y niega que abusara sexualmente de su hija adoptiva
Después de que las acusaciones de violar a su hija adoptiva Dylan Farrow hayan resurgido y de que varios actores y actrices de Hollywood hayan afirmado que se arrepienten de haber trabajado con él, Woody Allen se ha pronunciado por fin sobre el #MeToo y, lejos de desacreditarlo, ha optado por alabarlo. “Soy un gran defensor del movimiento. Yo debería ser el máximo exponente del #MeToo”, ha afirmado en una entrevista para el programa argentino Periodismo Para Todos.
Tras preguntarle por si había algo de verdad en la denuncia de Farrow, el veterano director lo negó rotundamente. “Por supuesto que no. Es una locura. Eso es algo que ya se investigó hace 25 años y se concluyó que no era cierto. Ese fue el final, yo seguí con mi vida y ahora esto vuelve. Tengo familia e hijos. Me siento mal porque me acusan de algo terrible”, ha explicado.
Dylan Farrow concedió una entrevista a principios de año en la que detalló los abusos que sufrió cuando tenía 7 años: “Me llevo al ático. Me pidió que me tumbara bocabajo y que jugase con el tren de mi hermano. Mientras yo jugaba, me agredió sexualmente. Me tocó la vulva y los labios vaginales con su dedo”.
Después de que saliera a la luz el escándalo de Harvey Weinstein y una lista infinita de mujeres contaran sus experiencias de acoso y abuso sexual, todos los ojos volvieron a mirar hacia Allen. Sin embargo, según se puede concluir por sus palabras, el cineasta no se ve como ningún agresor y, para él, el caso está cerrado y olvidado: “Todo el mundo quiere que se haga justicia. Ahora con el movimiento #MeToo lo apoyas y quieres que se lleven ante la justicia a esos terribles acosadores y eso es algo bueno”.
“A mí me molesta que me vinculen con ellos; con personas que han sido acusadas por 20, 50 y 100 mujeres. Yo fui acusado una vez por una mujer en un caso de custodia de menores que se demostró que fue falso”, ha especificado el director de Match Point, que no ha dudado en enarbolar la bandera del movimiento que ha acabado con décadas de silencio en Hollywood: “Soy un gran defensor del #MeToo. Deberían poner mi cara en los posters del #MeToo. Durante cincuenta años he trabajado con cientos de actrices y ni una de ellas, famosa o principiante, ha sugerido nunca ningún tipo indecencia. Siempre he tenido un comportamiento maravilloso con ellas”.
Allen ha referido que sus películas amontan entre 60 y 65 nominaciones a mujeres por su trabajo y que ha empleado a más de 200 mujeres en los equipos de sus películas, tanto delante como detrás de las cámaras. “Siempre les hemos pagado lo mismo que a los hombres. Tenemos un historial maravilloso. Estoy de su lado y me siento parte de eso”, ha afirmado.
¿Aclaración justificada o simple lavado de imagen?