Hannah Rose Dalton y Steven Raj Bhaskaran entienden la belleza de manera de distinta. Sus rutinas de maquillaje incluyen apéndices bucales, prótesis animalescas, arneses metálicos y plataformas de 40 centímetros que crean la ilusión de que están levitando. El resultado lleva los cánones estéticos hasta límites post-humanos. Juntos son Fecal Matter o Matieres Fecales y tienen más de medio millón de seguidores en Instagram.
Hannah, de 23 años, y Steven, de 24, coincidieron estudiando en la misma escuela de diseño en Montreal. Conocerse fue una liberación para ambos. Se raparon el pelo, se depilaron las cejas y convirtieron su cuerpo en un lienzo experimental. Nunca habían encajado en la sociedad, y empezaron a utilizar su apariencia para desafiar los convencionalismos.
“La sociedad ve tus miedos y tus vulnerabilidades, el lado negativo de tu mente, como algo malo. Estamos tratando de convertir nuestros miedos en algo positivo y hermoso”, decía Dalton al New York Times.
Ambos crecieron marcados por la opresión. Hannah usaba un uniforme escolar muy estricto y al desprenderse de él descubrió que no tenía identidad. Steven enmascaraba su temor a ser homosexual comiendo de forma compulsiva. Cuando se conocieron, se dieron coraje mutuo para cuestionar todo aquello que les había sido impuesto, ya fueran los cánones de belleza clásicos o el género binario.
Durante su último curso en la escuela de moda elaboraron un manifiesto. “Son cosas que no nos gustan de esta industria, como el trabajo infantil, los desperdicios que genera la industria textil o los tintes que son perjudiciales para el medio ambiente. Nos hicimos amigos hablando de estas cosas y a través de ello decidimos crear una plataforma a partir de la discusión de ideas sin censura y la promoción del pensamiento crítico”, decía Bhaskaran a Vogue.
Su objetivo es fascinar e incomodar a partes iguales.
También recordar a todos aquellos que han sido rechazados por ser diferentes que no hay nada de malo en salirse de la norma.
No están solos. Cuentas como Salvia o Hungry también exploran el lado más macabro del glamour. Un planteamiento en el que algunos ven una puerta al escapismo. “Vivimos en una época de ansiedad, y los consumidores buscan una manera de escapar de la incertidumbre política y económica, buscando calma y estabilidad al abrazar más experiencias espirituales y rituales místicos”, explicaba Theresa Yee, editora de belleza en la firma de pronóstico de tendencias WGSN, al New York Times.
En lo que ambos insisten es en que lo suyo no son disfraces y que no buscan llamar la atención, sino expresar quiénes son.
Claro que no todo el mundo les entiende. En París les escupieron por la calle y les llamaron diabólicos. En su Instagram, los comentarios de admiración son mayoría, pero también se cuelan insultos. “Recibimos mucho odio, online y en la calle. Nuestra forma de lidiar con ello es convirtiendo el dolor en creación. Cuando nos sentimos heridos, nos escapamos a nuestro mundo y combatimos el odio con un nuevo look o un nuevo concepto fotográfico”, explicaba Bhaskaran a la edición mexicana de I-D.
En la era de los influencers, Fecal Matters no utilizan la estética como una manera de alimentar su ego sino para deconstruir su identidad. Porque como ellos mismos apuntan, "la belleza es cuestión de percepción”.