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Opinion Lo de Banksy no fue una gamberrada Culture

Lo de Banksy no fue una gamberrada

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Imagen: Arte PG
 

Lo de Banksy no fue una gamberrada

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Además de multiplicar el valor de su obra al destruirla, Banksy saboteó un momento histórico: esa noche se pagó la mayor suma de dinero por la obra de una artista mujer viva

Creer que la casa de subastas no era consciente de que la Niña con globo de Banksy iba a triturarse como una factura vieja en cuanto se adjudicase la venta a su comprador ya me parece un acto de fe demasiado grande, pero es algo que, de momento, no podemos saber.

Pero llegar pensar que se trata de una performance antisistema —si tienes una edad superior a la de un adolescente que cursa tercero de la eso— me parece realmente preocupante.

. "The urge to destroy is also a creative urge" - Picasso

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Lo que hizo Banksy no fue más que un paripé: la obra, que salió a subasta por 300.000 euros y se vendió por 1,2 millones, tras el no-me-creo-que-fuese-un-incidente, está tasada en 2,3 millones.

Sin embargo, en Internet están todos como locos adorando a su dios sin rostro, haciendo miles de imágenes en honor a lo que él mismo ha vendido —y muchos han comprado— como un acto heroico para rescatar el arte de la perversión capitalista.


Como reflexión que debería resultar evidente: si Banksy realmente hubiese querido cargarse su obra, hubiese instalado un sistema que derramase un producto que la destruyera completamente. Que le prendiese fuego, que hiciera que la tinta de la impresión desapareciera, o que la cubriese de una pintura negra imborrable sobre ella.

Pero crear un sistema que deja la obra perfectamente recortadita en tiras paralelas, que no impiden ver la pintura, y hacerlo solo hasta la mitad —todo muy estético y práctico para dejarla intacta y colgada en la pared—, no es destruir una obra.

Forbes ha calculado que el artista anónimo debe tener unos 20 millones de dólares en patrimonio. Quien crea que este tipo realmente quería cargarse el cuadro, y que sus acciones van contra el capitalismo, es la prueba andante de que Banksy ha conseguido vender muy bien su personaje.

Lo que hizo Banksy no tiene más de antisistema que un rockero borracho cargándose su guitarra eléctrica a hostias en pleno concierto.

Que no os líen, a esto se le llama marketing.


Además, mientras revalorizaba su obra —que para más inri no es más que la impresión de un mural que ha reutilizado hasta el hastío, usándola en las elecciones británicas de 2017 y en 2014 para concienciar sobre el concienciar sobre el conflicto Sirio— para ganar el doble de pasta, estaba haciendo sombra a un momento histórico para las artistas mujeres.

Esa misma noche se vendía por 10,8 millones de euros el cuadro Propped (Apoyada) de la pintora Jenny Saville, el precio más alto pagado jamás por la obra de artista femenina en vida.


Probablemente Banksy no podía saber que su performance iba a robarle todo el protagonismo a Saville pero, ¿si tan antisistema es Banksy, después de ver que su jugada salió al revés —que ahora su pintura medio rota vale más y que encima sabotéo a una mujer que está desafiando a un sistema que no reconoce a las mujeres como creadoras—, no debería haber utilizado su posición para visibilizar en sus las redes a su compañera? ¿O hacerlo en un pequeño comunicado de conclusiones sobre lo sucedido?

¿No será que a Banksy el arte y cambiar el sistema le importan bastante menos que sacar tajada?

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