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Esta mexicana supertalentosa quiere poner fin al plástico con piel de naranja

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A Giselle Mendoza Rocha le están lloviendo los premios con 21 años

Rosa Molinero Trias

19 Febrero 2018 12:31

¿Qué es la segunda cosa más abundante que podemos encontrar en un supermercado, después de los alimentos? El plástico. Plástico que los envuelve, plástico que los sujeta, plástico por todos lados.

Por eso ha sido tan bien recibida la idea de Giselle Mendoza Rocha, que ha ideado una alternativa al plástico mediante residuos de naranja.

Con 21 años, originaria de Durango y estudiante de Economía del Tecnológico de Monterrey, Giselle Mendoza formó la empresa Geco desde primero de carrera, movida por un deseo de contribuir positivamente al medioambiente.

"México es el quinto productor mundial de naranjas. Sin embargo, del 40 al 65% de esta fruta se deshecha. Por la cual la acumulación de estos deshechos orgánicos genera enfermedades respiratorias en comunidades cercanas a estas empresas jugueras", explica en su propio canal de Youtube.

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“Nos estamos enfocando en la aplicación de envasado y embalaje que es la venta de resinas plásticas para sustituir la materia prima con la que hacen los productos plásticos, ese es nuestro enfoque inicial, aparte de unos subproductos que se pueden comercializar y tienen alto valor en el mercado”, contaba la estudiante para Tec Review.

Para ello, han empleado la bacteria Gluconacetobacter xylinus, que se reproduce de manera natural ante la descomposición de la naranja, para desarrollar esta alternativa al plástico llamada celulosa bacteriana. Afirman que solamente tardaría entre 60 y 90 días en degradarse y que sus aplicaciones, más allá de sustituir a los envases y embalajes, podrían ser médicas, para tratar a personas que han sufrido lesiones en la piel, y también para preservar y restaurar documentos históricos, ya que este biopolímero, flexible y transparente, puede producirse en forma de resina.

“Queremos crear un plástico de origen natural para que el tiempo de degradación sea muy corto”, explicaba la estudiante, que la semana pasada recibió el premio Global Student Entrepreneur Award para representar a México en la final internacional, que se celebrará del 14 al 16 de abril en Toronto.

Durante estos años que se ha ido gestando el proyecto, Giselle ha formado equipo con 8 estudiantes y especialistas, entre los que se cuentan el doctor en Biotecnología Fernando Vázquez Alaniz y la profesora Marlenne Edith Perales García, ambos de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Conacyt

Con ellos han desarrollado un biorreactor propio para su empresa y han hallado el potencial de estos deshechos. Si tuvieran que comprar esos residuos, les costaría unos 70 pesos la tonelada de residuos de naranja, de la cual podrían extraer 400 kilogramos de plásticos biodegradables.

De momento, la investigación se encuentra en fase de laboratorio. Su siguiente objetivo es aumentar el rendimiento de producción de celulosa mediante una modificación genética de la bacteria para que se pueda a llegar a producir 150 gramos de esta celulosa por litro del medio de cultivo

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Giselle Mendoza ya ha estado en Madrid, Santiago de Compostela, Austin y Berkeley enseñando su proyecto y ya se está gestando la primera prueba piloto a nivel industrial para terminar asociándose con un primer cliente que apueste por ellos. “Pensamos que arrancaremos con el desarrollo del proyecto a nivel industrial por medio de alianzas con empresarios del plástico”.

El objetivo, como no, es acabar con el plástico: "En los últimos diez años se ha producido más plástico que en todo el siglo pasado. Las previsiones de 2050 apuntan que habría más deshechos plásticos que peces en el mar".

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