PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Esta chica con síndrome de Down ha conseguido que sus galletas sean famosas Food

Food

Esta chica con síndrome de Down ha conseguido que sus galletas sean famosas

H

 

Decidió convertirse en su propia jefa después de ser rechazada en muchos trabajos

PlayGround

04 Enero 2018 16:10

Collette Divitto nació hace 27 años en Boston con síndrome de Down y se graduó en 2013 en la Clemson University de Carolina del Sur. Pero el título no le sirvió para encontrar trabajo: entrevista tras entrevista, Collette era rechazada “por no encajar en el perfil”. La meta de encontrar un trabajo remunerado con el que ganarse la vida parecía difícil, hasta que se le ocurrió perseguir su sueño de ser repostera.

Apasionada de la cocina dulce, Collette llevaba algún tiempo maravillando los paladares de su familia con unas galletas deliciosas. Así que ante la adversidad, decidió probar suerte y convertir esas galletas en su sustento. Fue en 2015 cuando creó su propia empresa, Colletey’s Cookies, y empezó a vender estas galletas de chocolate y canela.

Sus amigos y familiares no paraban de repetirle: “Estas galletas son francamente buenas. ¡Podrías venderlas”, contaba su madre, Rosemary Alfredo, para CBS Boston.

Dicho y hecho, Collette se convirtió en su propia jefa. Montó una página web, diseñó tarjetas para su negocio, compró los ingredientes y aprendió a hacer facturas.

En la primera semana, consiguió vender 100 paquetes en un supermercado local. Y después de que los medios le prestaran atención por primera vez en invierno de 2016, las vendas despegaron fuerte. Su historia rápidamente se hizo viral, tanto que sus galletas formaron parte del regalo que se les hace al público en la ceremonia de los Oscars y llegó a ganar premios.

A finales de 2016 empezaba a vender a domicilio, buscaba un inversor para hacer crecer su empresa y soñaba con llegar a todo el país. Por aquel entonces, horneaba varias docenas de galletas a la semana —llegó a 180.000— en su apartamento, con más de 100 pedidos semanales y ventas físicas en una tienda local que le decidió un espacio en sus estanterías.

A finales de este año, decía: “¡No puedo parar de sonreír! ¡No puedo parar de ser feliz. Todo lo que ha ocurrido me tiene sorprendidísima”.

Ahora hace las galletas en una cocina en el espacio que le da la Community Work Services. Esta organización sin ánimo de lucro forma a personas con incapacidades y los introduce en el mundo laboral. Gracias a este acuerdo, Collette podrá contratar a personas que el mercado laboral suele rechazar por su condición.

“Quiero ayudar a más gente que tenga una incapacidad. Estaría genial poder contratarlos”. Le gustaría contratar a 20 personas más para cubrir la demanda de sus galletas, que crece cada día más.

share