Y la polémica ya está servida: “El objetivo no es consumir alimentos, sino juntarse para consumir bebidas en común”
Qué mejor momento que este para recordar de qué está hecha la españolidad. El flamenco. Las fallas de Valencia. La dieta mediterránea. Y las tapas, que junto a los anteriores, quieren pasar a ser Patrimonio Cultural Inmaterial a petición de la Real Academia de Gastronomía y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
“Las Tapas se han convertido en uno de los elementos más representativos de la identidad no ya solo alimentaria, sino cultural de nuestro país, adquiriendo un gran reconocimiento internacional que las asocia ya de una manera indisoluble a lo español”.
Los Adrià dicen aquello de ‘La vida tapa’. Antoni Miralda llevó en los 80’s lo español a Nueva York con su El Internacional Tapas Bar. Cualquier turista que se precie intentará irse de tapas para experimentar “the real taste of (inserte ciudad española)". Pues tal vez tengan razón, ¿no?
Lo que seguro que traerá cola es la definición de 'tapa', que viene a ser tan difícil de concretar como la de 'paella'. Aquí algunos criterios que se han tenido en cuenta:
¿Tapear excluye sentarse? Sí.
¿Son una tapa los frutos secos mezclados con gominolas tan típicos de sitios madrileños como El Palentino? Parece que sí.
¿Y hay que pasar por varios locales en el acto del tapeo? No es necesario.
¿Son más importantes las tapas que la bebida? No.
¿Y la bebida que socializar? Tampoco.
¿Son tapas los pintxos? ¿Y los aperitivos? ¿Y las raciones? Sí, sí y sí.
¿Y el vermuteo? Del vermuteo nada se dice.
O por lo menos así se expresa en el anexo del expediente que se publicó el pasado 16 de febrero en el Boletín Oficial del Estado. “Pincho y Tapa pueden ser considerados, en la actualidad, como términos equiparables (...) Se usa también, en algunas zonas, la palabra ‘aperitivo’ como alternativa o variante de la palabra ‘tapa’.
En sí, dicen, tapear tiene “la finalidad de consumir bebidas, básicamente vino y cerveza”. Y, sorpresa: “El objetivo no es tapear o consumir alimentos, salvo en aquellos lugares que es costumbre poner un pequeño aperitivo, sino juntarse para consumir en común las bebidas”.
“Es precisamente esa reunión de amigos y/o familiares, en definitiva la socialización en el bar, lo que le otorga un importante valor a la hora de plantear el valor patrimonial de las propias tapas”, dice el texto, afirmando que “El público es el protagonista principal del hecho”, y matizando así: “En realidad, la tapa podría ser considerada como una parte de un todo mucho más amplia y compleja como es la taberna y la cultura del bar”.
El tapeo, dicen, se realiza normalmente de pie o en la barra y crea “un ambiente de sobremesa contínua” en el que se dedica poco tiempo a comer y el resto “en hablar, comentar noticias locales, gastar bromas, etcétera”, lo que diferencia la sociabilidad que se genera al ir de tapas de la de comer sentado en un restaurante, aunque el menú esté formado por tapas.
El expediente para empezar a tramitar esta declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial estará abierto por un período de 20 días desde su publicación para que se puedan hacer las alegaciones convenientes en la Subdirección General del Patrimonio Histórico de la Secretaría de Estado de Cultura.
