Fingió su muerte hasta 7 veces para quedarse con el dinero del adelanto del cátering de las bodas: "Esto le ha pasado por gilipollas"
Hay algo en España más antiguo que el jamón y que resiste mejor el paso del tiempo que las propias piedras: la picaresca. Esta vez, la actitud tramposa y sinvergüenza ha sido encarnada por un cocinero que estafaba a parejas que iban a casarse para dejarlas tiradas el día antes de su boda.
Jesús Campos, jefe de la empresa de catering que ofrecía banquetes de boda, haciéndose pasar por un hermano inexistente, solía enviar un correo pocas horas antes de la boda excusándose que no podrían prestar el servicio acordado, y por el que los novios habían pagado un adelanto, porque había ocurrido un accidente en sus instalaciones y había fallecido el jefe (el mismo Jesús) y su hijo Yeray.
El correo que mandó Campos a Amelia
Leonardo y Adriana habían pagado 1.500 euros. En el caso de Amelia, fueron 4.600 euros para que en su boda pudieran disfrutar de un asado. Después de la boda prometía devolver el dinero, pero después desaparecía. Repitió la operación de cobrar el 75% del servicio previamente a la boda para después dejar tirados a los novios hasta 5 veces más, por las que ahora cumple pena de prisión.
En el juicio por estos hechos, que ocurrieron entre 2015 y 2016 en la Comunidad de Madrid, Campos, según cuenta para El Confidencial Amelia, que a día de hoy todavía recibe amenazas por haberlo denunciado en televisión, “admitió que en todo momento su intención había sido la de estafarnos, que no tenía intención de prestar el servicio”. La condena que se le impuso fue de un año de prisión que debía cumplir por tener antecedentes penales. Sin embargo, tuvo la opción de retrasar su ingreso si devolvía los 4.600 que había estafado en ese caso, lo que no hizo, motivo por el cual entró a la prisión de Estremera en marzo de 2018.
Jesús Campos, de rojo, junto a su hijo
“Esto le ha pasado por gilipollas”, decía Mónica, la esposa de Jesús Campos, a la salida de la Audiencia, “porque no se ha hecho rico”. Afirmaba que Jesús se habría sentido empujado a la fechoría porque había ofrecido precios demasiado bajos para ganar clientes pero que, al final, su plan no era rentable. Ahora el hijo del matrimonio, Yeray, también se ha visto salpicado por la estafa y se enfrenta a pena de prisión como corresponsable del delito. La Fiscalía pide 15 meses de prisión para cada uno.
