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¿Es Margaret Atwood una “mala feminista”?

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La novelista canadiense se ha visto envuelta en una polémica sobre el #metoo y ha respondido con un artículo en el que critica la guerra entre feminismos y reclama poderse situar en una posición de equidistancia

Eudald Espluga

15 Enero 2018 12:21

El éxito cosechado por la adaptación de El cuento de la criada ha asociado la palabra "feminismo" a Margaret Atwood. Probablemente por ello, esta polémica es doblemente importante:

Qué ha pasado. Margaret Atwood ha escrito un artículo para The Globe and Mail en el que lamenta la guerra entre las mujeres, aquella que se da entre las "buenas" y las "malas" feministas. Concretamente, se queja de haber sido categorizada como mala feminista por haber firmado una carta abierta en la que pedía una investigación independiente para el caso de Steven Galloway.

Quién. Galloway era el director del programa de escritura creativa de la University of British Columbia, en Vancouver. Fue despedido tras ser acusado por parte de diversas alumnas de acoso sexual. Un grupo de escritores canadienses —entre los que estaban Margaret Atwood y Yann Martel— firmaron en noviembre de 2016 una carta abierta, escrita por Joseph Boyden, en la que se criticaba el secretismo con el que la Universidad había actuado, puesto que las acusaciones contra Galloway no se hicieron públicas y él tuvo que firmar un acuerdo de confidencialidad. Según Atwood, esto causó que el público lo tratara como un hombre violento, una suerte violador en serie, sin ni tan solo conocer los detalles del caso. Una cacería mediática que tuvo consecuencias: incluso después de que un juez lo declarara inocente, la Universidad siguió adelante con el despido y la gente siguió culpándolo.

Cuándo. Aunque a Galloway lo despidieron en junio de 2016, la polémica se ha avivado los últimos meses, especialmente después de la sensibilización colectiva que ha supuesto el #metoo. Atwood ya recibió críticas en noviembre, cuando decidió firmar la carta, pero ahora la tensión es mucho mayor. El viernes se hacía público que más de 10 escritores —entre los que se encontraban Madeleine Thien, Rawi Hage y Lisa Moore— habían borrado su firma de la carta.

Dónde. La polémica ha golpeado especialmente la comunidad literaria canadiense, pero la internacionalización de la figura de Atwood, así como su asociación simbólica con el feminismo, hacen que su posición en este debate la sitúe junto a las voces que han reaccionado críticamente contra el #metoo, como la escritora francesa Catherine Millett, una de las impulsoras del manifiesto "contra el puritanismo" y el "feminismo victimista", que ya tiene sus ecos también en España.

Y por qué. Porque precisamente, por estar mejor articulados, los argumentos que Atwood utiliza en su artículo ayudan a clarificar las ideas en torno a la división entre feminismos sobre la cuestión del #metoo. La autora de El cuento de la criada explica que la pugna por el caso Galloway no es en defensa de Galloway, sino en favor de un juicio justo y del respeto a la presunción de inocencia. Considera que la "justicia vigilante" que condena sin juicio no es propia de las democracias, y teme que el linchamiento pueda solidificarse en un hábito: "el #metoo es un síntoma de un sistema legal roto". Sin embargo, en vez de preguntarse por las razones estructurales que han hecho que las mujeres busquen la justicia en internet y no en los juzgados, cuestiona el clima opresivo en el que quienes defienden la importancia de no precipitarse en la condena son acusadas de "malas feministas": "en tiempos de extremismo, ganan los extremistas. Su ideología se convierte en una religión, y cualquiera que no suscriba sus puntos de vista es tratado como un apóstata, un hereje o un traidor, de modo que los moderados que se encuentran en el medio son anhilados". Atwood aboga por la equidistancia, recalcando —desde su perspectiva como novelista— el valor moral de la ambigüedad: "el objetivo de la ideología es eliminar la ambigüedad".

Roxane Gay, autora del libro Mala feminista, le ha reprochado el uso del concepto. Porque además del artículo que ha publicado, Atwood ha estado colgando en Twitter diversos artículos críticos con el movimiento #metoo, como el de Andrew Sullivan en The New York Magazine, titulado "Es hora de resistirse a los excesos del #metoo". Aunque la novelista canadiense ha asegurado que compartir el artículo no significaba apoyar sus tesis, parece que, tras el artículo, la "guerra" va a ir a más —y no a menos.

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