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El esperpento que no cesa
03 Octubre 2019 16:36
Parece claro que la cuenta atrás hacia el impeachment de Trump será un #meltdown constante en el que cada vez lo veremos más histriónico, resentido y delirante. Sí, todavía más.
La rueda de prensa que ofreció ayer en la Casa Blanca junto al presidente finlandés Sauli Niinistö fue un esperpéntico aperitivo de lo que nos espera.
Esta imagen resume a la perfección cómo fue la cosa.
Trump se dedicó a lanzar su veneno a los periodistas mientras Niinistö ponía caras que fluctuaban entre la incredulidad y la incomodidad. Algo así como cuando vas en coche con una pareja de amigos y de pronto se ponen a discutir.
Sí, esa cara de “no acabo de entender lo que está sucediendo pero solo sé que espero que acabe pronto”.
A Trump le preguntaron, claro, por el impeachment, a lo que respondió con referencias a cazas brujas y teorías de la conspiración diversas. Su tono fue más arrogante y apocalíptico que nunca. Y sus expresiones faciales estuvieron a la altura.
También señaló mucho con el dedo, uno de sus gestos favoritos.
Incluso se apuntó a sí mismo. Quizá fue cuando, preguntado sobre sus ideas para frenar a los inmigrantes que han trascendido esta semana, admitió sus propias limitaciones con el vocabulario: “Que quería un muro, pero quería un foso. Un foso, sea lo que sea. No es una palabra que use, pero la usaron. Un foso”.
Otro momento especialmente grotesco ocurrió cuando Trump respondió a una pregunta del periodista de Reuters Jeff Mason con un amenazador “¿Me estás hablando a mí?”. Sí, a lo Taxi Driver.
En vez de responder, exigió a Mason que le hiciera una pregunta a Niinistö para “no ser maleducado”. En este punto, Trump recordaba más al hermano mayor de Kevin en Solo en Casa que al presidente de una gran potencial mundial.
Tampoco faltaron los ataques a la prensa, claro. “Ustedes son corruptos. Gran parte de los medios de comunicación en este país no solo son falsos, son corruptos”, afirmó.
Ante tal despliegue de cinismo, Niinistö parecía estar constantemente buscando una salida. O pidiendo ayuda. O reclamando que alguien viniera a buscar a ese bebé con cuerpo de señor de 73 años y le diera el biberón.
¿O acaso no parece un bebé enrabietado?
El clímax del desvarío llegó cuando Mason finalmente le hizo una pregunta al presidente finlandés y Trump le interrumpió para sacar pecho de la “victoria” de Estados Unidos ante la Organización de Comercio Mundial, en referencia a la aprobación de la solicitud de imponer aranceles por valor de siete mil millones y medio de dólares a bienes europeos.
Cuando el sufrido Niinistö pudo finalmente articular palabra dijo lo siguiente: “Creo que la pregunta es para mí. En primer lugar, cuando me referí a su democracia, solo quería decir que estoy impresionado con lo que el pueblo estadounidense ha ganado durante estas décadas, unos cien años, construyendo una democracia impresionante”. “Así que”, añadió, “que siga siendo así”.
¿Lo habrá pillado Trump?
Aquí puedes ver el espectáculo (casi) completo:
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