Al menos 95 personas habrían muerto y otras 158 resultado heridas después de que una ambulancia bomba haya explotado en Kabul, Afganistán. El vehículo iba cargado con un fuerte explosivo que ha sido detonado en la mañana de este sábado en el distrito diplomático, una concurrida zona de la capital y que en el momento del ataque estaba llena de civiles.
Los talibanes han confirmado la autoría del atentado a través de su portavoz en la red social Telegram, donde ha dicho que "un mártir" había alcanzado las inmediaciones del Ministerio del Interior, donde, según él, se producía en aquel momento una gran concentración de policías.
Lo que parecía un ataque menor con una cifra de 18 muertos inicial no ha hecho más que aumentar a medida que más heridos y cadáveres llegaban a los hospitales de la ciudad. El baile de cifras ha sido constante a lo largo del día hasta que el Ministerio de Salud ha confirmado casi el centenar de muertos, 95 hasta el momento, y el colapso de los hospitales, que todavía se intercambian pacientes.
Según ha explicado el portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid, a EFE, el suicida ha intentado entrar en el complejo del Ministerio del Interior con una ambulancia que, después de pasar un primer control fingiendo que transportaba a un paciente, ha sido identificada en un segundo control. En ese momento es cuando el suicida habría detonado la carga, alrededor de las 12:45 de la mañana.
Dentro del complejo del Ministerio se encuentran la sede de la policía, la delegación de la Unión Europea y un centro de secundaria. El objetivo del ataque habría sido el Alto Consejo de la Paz, también dentro del recinto. Esta institución es la encargada de las negociaciones de paz con los talibanes, es están bloqueadas en la actualidad. En la zona se encuentra también una oficina del Directorio Nacional de Seguridad (NDS), la agencia de inteligencia afgana, así como diferentes misiones diplomáticas y mercados. Al tratarse de un día laborable en Afganistán, la zona estaba llena de gente.
El atentado se produce una semana después de que otro ataque en la capital afgana, en concreto, contra el Hotel Intercontinental, dejase 40 muertos. La autoría también se la atribuyeron los talibanes.