PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Green New Deal: cómo el Partido Demócrata quiere hacer excitante el ecologismo Now

Now

Green New Deal: cómo el Partido Demócrata quiere hacer excitante el ecologismo

H

Getty
 

Alexandria Ocasio-Cortez lidera en EEUU una propuesta ecologista que no choque con los intereses de los trabajadores.

Rafa Martí

13 Diciembre 2018 13:32

Alexandria Ocasio-Cortez tiene claro que los grandes temas que definirán el siglo XXI, si no lo definen ya, son la igualdad entre hombres y mujeres y la lucha contra el cambio climático. La recién electa congresista por Nueva York ha lanzado un pulso llamado a agitar la política estadounidense: un New Deal enfocado a cambiar el modelo productivo y a transformar el tejido social de Estados Unidos que pivote sobre una propuesta ecologista. Algo tan sencillo como que la lucha por los derechos sociales y el cambio en la economía siempre fracasarán si no tienen en cuenta las consecuencias a largo plazo, en este caso, que nos quedemos con un planeta inhabitable que solo multiplicará los problemas de desigualdad del presente.

El Green New Deal, como Ocasio-Cortez ha bautizado su iniciativa, es una respuesta diametral al Make America Great Again de Donald Trump. Este se ha centrado en resucitar la economía a través de un proteccionismo que ha sido excluyente con los derechos sociales de las minorías y que, obviamente, ha sacrificado el medio ambiente a cambio de disparar las cifras de empleo nacionales a través de ayudas a sectores como el de los hidrocarburos. El New Deal de la congresista de Brooklyn viene a decir que el crecimiento económico y la protección de los puestos de trabajo de los obreros industriales no son incompatibles con los derechos de las minorías y el ecologismo. Su propuesta pretende superar las diferencias que, en los últimos años, enfrenta en todo el mundo a la izquierda tradicional contra la liberal, cuando la primera reprocha a la segunda de desentenderse de la lucha de clases al obsesionarse con peleas identitarias cooptadas por el capitalismo, como serían el feminismo, los derechos LGTB o el mismo ecologismo.

"Hay niños que beben agua sucia en Flint, hay niños que respiran aire sucio en California, hay niños en Puerto Rico que viven entre el barro (...) Reparar la conducción de agua en Flint es justicia, da empleo e integra a la sociedad"

Los resultados de este enfrentamiento han provocado que sea la derecha populista de Trump y de los líderes inspirados por su éxito quien monopolice la representación de la clase media contra una izquierda que le hace el juego al neoliberalismo. Ocasio-Cortez quiere dar la vueltra a esta realidad uniendo todas las reivindicaciones bajo la única bandera de una izquierda ecologista enfrentada al nacional-populismo y al poder financiero.

Así definía recientemente en una intervención en televisión cómo la inclusión y la justicia hacia las minorías es indisociable del pulso ecologista: "Hay niños que beben agua sucia en Flint, hay niños que respiran aire sucio en California, hay niños en Puerto Rico que viven entre el barro. Y muchas de esas comunidades más pobres y peor tratadas son nativas y oscuras (en referencia al color de la piel). Reparar la conducción de agua en Flint es justicia, da empleo e integra a la sociedad".

La figura de Ocasio-Cortez es la mejor representación de este anhelo: mujer, de origen latino, ha desempeñado trabajos precarios a pesar de tener estudios y ha vivido hasta ahora en una habitación de un piso compartido en Brooklyn. De hecho, ha confesado que no puede pagar su nueva vida en Washington hasta que no reciba su primer salario y ha denunciado que el seguro médico que ahora recibe por ser congresista tiene un coste que alcanza la mitad de su antiguo salario como camarera.

Su activismo ecologista va unido al lanzamiento de su carrera política. Ocasio-Cortez ya participaba en movimientos comunitarios de barrios periféricos de Nueva York como Queens y Brooklyn, pero fue la protesta de Standing Rock la que marcó un antes y un después. El año pasado, Trump autorizó la construcción de dos macro-oleoductos cuya trayectoria de centenares de kilómetros arrasaba territorios vírgenes, muchos de ellos, habitados por comunidades indígenas ancestrales. De Standing Rock, Cortez saltó a los pasillos del Congreso en Washington, donde decenas de estudiantes exigían a la presidenta de la cámara, la demócrata Nancy Pelosi, un compromiso contra el cambio climático. Aunque ataviada ya como una ejecutiva de los círculos políticos de Washington, Ocasio-Cortez se unió a la protesta como una más y alentó las reivindicaciones de los jóvenes. Aquel hecho aparentemente anecdótico fue el impulso final para lanzar su Green New Deal.

La congresista de Nueva York se encuentra en el ala más radical del Partido Demócrata. Fue discípula de Bernie Sanders y ella misma se define como socialista, una palabra proscrita en Estados Unidos, donde la pobreza y la desigualdad se ven como estadios temporales del sueño americano que todo el mundo puede alcanzar. Su pulso no es solo contra Trump, sino también contra parte de un Partido Demócrata asociado a los intereses de élites financieras que ahora tendrán que tomar partido a favor o en contra de una propuesta radical.

Hasta el momento, su propuesta cuenta ya con el apoyo de 31 congresistas demócratas, un 15% del arco progresista de la Cámara de Representantes. Lo próximo que debe venir es la creación de un comité del Congreso formado por 15 miembros que trabaje en la ejecución del nuevo acuerdo verde. En la hoja de ruta de este acuerdo hay medidas como la intervención del Gobierno Federal en aumentar el gasto público para medidas medioambientalistas, la creación de un banco verde o un paquete de leyes que promuevan una transición de modelo productivo para alcanzar una economía neutral en carbono. Esta nueva economía estaría fundamentada en una reducción drástica de las emisiones al mismo tiempo que plantea una recuperación sostenible de la capa de ozono. También incluye la creación de empleo verde con base en la justicia social y la igualdad.

Pese al obvio escepticismo de los republicanos ante su plan, los datos acompañan a Ocasio-Cortez. Según datos del Gobierno, el empleo verde es el que más crece, con profesiones como técnico de energía solar y eólica. Para la política neoyorquina, el Green New Deal está llamado a erigirse como la gran lucha por los derechos civiles del siglo XXI. Si en el siglo pasado el New Deal de Theodore Roosevelt levantó al país después de la Gran Depresión económica y Martin Luther King rompió de una vez el ostracismo de los negros, Ocasio-Cortez quiere, en el siglo presente, que el Green New Deal transforme la economía de la primera superpotencia mundial a través de la protección al medioambiente para reducir las fuertes desigualdades del sistema hacia los grupos más desfavorecidos.

share